miércoles, 11 de diciembre de 2013

Leiva IV - "El Retorno"

No se puede escribir en un blog de escalada si no se escala, esto no es como hablar de toros o de ciclismo.   Esta pasión no se entiende si no se está subido al escenario.  Ser escalador, da igual el nivel,  exige tener las manos llenas de heridas, pasar frío, a veces prescindir de la ducha diaria y a menudo pasar miedo.  A cambio no tendrás dudas en que emplear el tiempo libre, viajarás tengas o no dinero, llenarás tu vida de emociones y vivirás apegado a la naturaleza.

Hablando de viajes, creo que no he tenido más de 15 ó 16 días de vacaciones en los últimos dos años.  Así que disponer de un día libre y colocarlo junto al puente de la Constitución nos concedían unos nada desdeñables 4 días seguidos de descanso y una oportunidad que no se podía dejar pasar de salir de Madrid y oxigenarse un poco.

En cuanto al destino, en esta época del año lo tenemos claro, nos gusta Leiva.  Este ha sido nuestro  cuarto viaje en cinco años y el tercero en las mismas fechas.   Las razones por las que le hemos cogido cariño a esta escuela murciana son variopintas:  Indudablemente, la orientación de las paredes es una de las principales.  Si el día está despejado y no sopla el viento, podremos escalar en manga corta en pleno invierno.  Otra es la aproximación de una hora desde el área recreativa La Perdiz, que hace que no sea una escuela demasiado popular y por tanto que no esté demasiado masificada. A nosotros nos gustan las aproximaciones no demasiado cortas.  Nos gusta sudar el camino, limpiar los pulmones y merecernos estar a pie de vía dispuestos a darlo todo.  Una hora es la distancia perfecta en cuanto se coge un poco la forma.

El Área Recreativa La Perdiz cuenta con parrillas, bar restaurante y unos baños públicos abiertos 24 horas que facilitan el aseo mínimo de campaña.  Pero sobre todo, cuenta con un frondoso pinar en el que tenemos la posibilidad de plantar la tienda de campaña y estar a nuestras anchas.

Pepa estrenaba cada día bajo los primeros rayos de sol
Esto, que empezó siendo una opción, ya no lo es y ha pasado a ser "el único medio" de permanecer en Leiva sin acudir a los hospedajes tradicionales.  La pernocta en furgonetas está prohibida y los forestales se pasan, advierten y hacen la foto; si a la segunda visita sigues utilizando la furgo para dormir te extienden una recetita de esas que se te puede ir la olla.  En conclusión, otra ley que no tiene sentido y una peculiar manera de proteger el medio ambiente.  Se puede ir a Leiva y se puede dormir en tienda de campaña (previo pago de una tasa) , pero si llevas furgo y no llevas tienda, te toca dormir al raso, quizás al lado de tu furgo, o irte al camping del Berro a unos pocos kilómetros de distancia de la zona de escalada ¿Soy muy retorcido si pienso mal?

La tienda hubiera sido igualmente nuestra elección, pero las regulaciones absurdas molestan e iquietan del mismo modo.
Para complicar más la regulación, llendo con la tienda, el máximo de días de autorización por persona es de 3. Si sois dos, como nosotros, puedes reservar tres días a nombre de uno y otros tres a nombre de otro y así puedes llegar hasta los 6.  No está claro si se podría volver a sacar una autorización a nombre del primero una vez transcurridos esos 6 días.

Esta regulación aparentemente absurda quizás tenga sentido y solo necesite de una aclaración,  nosotros intentamos salir de dudas y no lo logramos en el Centro de Visitantes y Gestión Ricardo Codorniú.  Tampoco nos pudieron aclarar el sentido de la prohibición de la pernocta en las furgonetas ni el motivo del ensanche de la pista de Prado Mayor, ahora mucho más ancha que la propia carretera de acceso al parque.   Al menos la cuantía de la tasa es anecdótica 1,85 € por persona y día y desde luego no tiene afán recaudatorio.

A pesar de una gestión que no entendemos (salvo que insistamos en pensar mal), seguimos estando agusto en Leiva y seguiremos volviendo mientras podamos; al fin y al cabo nosotros hace ya tiempo que habíamos optado por utilizar la tienda-chalet  por simples razones de espacio y comodidad.

Como ya se dijo aquí en otra entrada el ritmo vital en Leiva suele reducirse a satisfacer cuestiones básicas, dormir como un ceporro (a partir de las 7 es noche cerrada y no hay nada de nada de nada)  comer como cenutrios, higienizarse lo que se pueda, e irse a escalar.  Por muy mal que se de la cosa, apareces a pie de vía sobre las 11 o las 12 de la mañana y tienes 5 horas para escalar con el sol pegando de lleno. Cuando el sol se esconde tras las montañas, aun tienes otra hora para escalar con buena luz pero eso si con la temperatura en caída libre.
Nosotros escalamos los tres días en el sector Las Cuevas, el más grande de la escuela y uno de los más accesibles.  Junto con el ensanche de la pista, se han escabado varias zanjas de desagüe para canalizar el agua de lluvia y por el camino se han cargado algunos de los mejores senderos de acceso.  Nosotros nos sabíamos de memoria el que subía primero a La Pecera y luego bajaba a Las Cuevas pero ya no existe.  Probamos una alternativa distinta cada día y al final nos pareció la mejor un sendero poco marcado que partiendo de un punto de la pista donde se ha acumulado bastante piedra procedente de las obras, accede directamente al sector Las Cuevas. 

En cuanto a la escalada pues no se nos dio demasiado bien, el grado está caro y la roca muerde las yemas, especialmente las pocos curtidas como las nuestras

Alejados de nuestra mejor forma intentamos recortar distancias escalando vías que ya teníamos en nuestro haber, sin dejarnos nada dentro y llegando al límite de lo que podemos dar.  Eso nos da al menos para pasárnoslo bien y no sentir remordimientos.

En tres días de escalada, solo logré una vía que añadir a la libreta, un intenso 6b de nombre Yabadabaduuu que combina pasos de placa dura con un desplome difícil de interpretar a vista.

Gema escala siempre de primera, salvo el caso de "Solo una sonrisa", sólo 6a, pero joder, que 6a más bueno.  A esta vía no le falta ni le sobra nada.  Es simplemente perfecta de principio a fin.

El sábado nos quedamos sin yemas; a mi me lo dijo "Con pelos en la lengua", un 6b+ viejo conocido y a Gema se lo dije yo, que ya tenía bastante.

El domingo toca desmontar el campamento, también hacemos planes para investigar algún otro sector, pero acabamos agotados con tanto ir y venir a la furgo.  La que peor lo lleva es Pepa que sabe que va a pasar del todo a nada en cuestión de 400 kilómetros.  Como al grueso de la tropa, nos queda la esperanza del fin de semana, cuando los escaladores sentimos como se aflojan los nudos que nos atan al día a día.

4 comentarios:

  1. Veo que vuelves a las andadas... eso está bien.
    Si que se está poniendo el tema chungo con lo de dormir en la furgo en Leiva... al menos, según dices, te dan un aviso antes de multar... ya es algo.

    Un saludo!
    Aupa!

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  2. Echaba de menos las "andadas", sobre todo porque estar por aquí es un reflejo de que andamos ""por ahí trepando, gracias por devolverme la visita Josetxu.

    Si que he vuelto, y parece que va para largo... Me alegro un montón de que estuvieras por ahí para compartirlo Mumu.

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