jueves, 19 de diciembre de 2013

Pedriza: Risco de las Bellotas - Guadalix: Peñarrubia

RISCO DE LAS BELLOTAS

...Repetir visita al "Risco de las Bellotas" era algo  pendiente desde que anduvimos por allí el 8 de febrero de 2011 con Javi y Susana.

De aquella vez, además de los gratos recuerdos que acompañan a todas y cada una de las jornadas roqueras que hemos compartido con ellos, quedaron otros asociados principalmente a la vía Alba Marina, (un clásico 6a de tres tiradas) que bajo el regustillo agradable de lo realizado, no se correspondían exactamente con la realidad.

No es un tópico decir que la mente es el principal músculo de la escalada.  Si estás fuerte de coco, subes independientemente de tu estado físico, y si no lo estás, lo normal es que pequeños inconvenientes se traduzcan pronto en un "¡Pilla! o  en un  ¡Bájame!

Tener buen coco no depende de las horas de entrenamiento en el roco, ni tan siquiera exclusivamente de  los días que se suba a escalar (aunque evidentemente esto si tiene más relevancia).  Tener un buen o mal coco puede derivar de causas no reconocibles y que no pasan de lo puntual,  pero también de otras que consisten simplemente en la capacidad de normalización de determinadas situaciones en las que pasamos miedo.

De la Alba Marina yo recordaba un primer largo fácil, sobreequipado con espit, y un segundo con distanciamiento entre seguros y  paso duro de adherencia con caída delicada por ser pendular sobre un espit hecho polvo.

Este sábado no estaba planeado volver a escalar esta vía, pero me vengo abajo intentando chapar el primer seguro de "Con pelos a los lados", que está lejos y aunque no parece difícil, la caída es de las de hacerse papilla. Así que intentamos templar nervios en terreno conocido.

El primer largo de la Alba Marina es casi como lo recordaba, espit cercanos y facilidades de pago en todos sus pasos.  Después del turno de Gema vuelvo a intentarlo, esta vez del tirón hasta la 2ª reunión, los seguros en este largo están bastante más cerca de lo que recordaba y el espit que protege el paso clave, aunque no tiene buena pinta, al menos no se mueve y no está lejos del anterior... Vamos que no era para tanto. Superar el pasito y salir corriendo hasta la "reu" es como coser y cantar. ¡Chupao!

Con la cuerda de 80 metros y con cuidado, soy descolgado hasta el primer seguro de "Con Pelos a los Lados". Desde la vira de roca que hace las veces de zócalo, toco el labio externo de la fisura y noto canto; la cosa es delicada por la caída,  pero el movimiento no es para nada terrorífico. Ahora conozco el tacto del canto y cuento con una cinta larga que reduce las distancias a sensaciones que puedo manejar.


Con Pelos a los lados me dice entre otras cosas que además de no estar en forma (que me lo dicen todas) que soy un tío muy poco polivalente escalando y que no se moverme si me sacas de lo más deportivo.  Me lo dice claramente, porque a ratos voy por dentro de la fisura, a ratos escalo en bavaresa y a ratos voy en Off Width y en todo momento resoplo como jabalí. Además a poco más de media pared desaparecen los seguros...  Así que me tiro por su variante plaquera "Cagando agua", que será 6b+,  pero también una vía en la que se lo que tengo que hacer y no me intimida la separación entre seguros.

Cagando agua tiene un descuelgue intermedio que uso pensando en un segundo pegue en el que incluir el segundo largo.  Llegado el momento, no soy capaz de chapar el primer seguro después de la reunión así que me fijo de nuevo en "Con Pelos a los Lados",  un único espit en medio de la fisura y luego parece que todo acaba en un tumbarral fácil.   Dicho y hecho, la reunión de destino es la del tercer largo de la "Alba Marina", pero como la instalación está bastante venida a menos y cerca de la de "Qué duro caga mi niño", es esta la que uso para volver al suelo.

Un último pegue para demontarlo todo, me sirve de nuevo para exponerme a mis miedos, que es la única manera que funciona de entrenar el autocontrol y normalizar situaciones que me intimidan.

En el pegue logro encadenar alguna secuencia y otras quedan pendientes aun de resolver, pero sobre todo, dejo casi virgen la parte en la que la fisura se ensancha y se escala como un Off Width.

Habrá nuevas visitas al risco, no sólo porque es un lugar tranquilo con una aproximación que requiere un esfuerzo que nos gusta a los tres, sino también, porque una cosa es no encadenar y otra muy distinta no saber escalar.  Este risco tiene cosas que enseñarnos y que queremos aprender, el tiempo que nos lleve y si lo logramos ya veremos

PEÑARRUBIA

Después de Leiva no nos apetecía nada dejar de lado la caliza.  En este regreso a la escalada, Gema y yo coincidimos en no obcecarnos en un único tipo de roca y alternar las escuelas.  Me encanta el granito pero echo mucho de menos los desplomes que son más habituales en roca caliza. Para escalarlos a parte de una buena técnica, hace falta mucha fuerza en los brazos y para tener fuerza en los brazos, entre otras posibilidades, hay que escalar desplomes.

Patones sigue siendo el mejor lugar para escalar vías de canto en Madrid, pero escalar a la sombra, en ese cañón haciendo un sol tan espléndido y no soplando nada de viento, hacía que tuvieramos como primera opción encima de la mesa la de esta escuela satélite de El Vellón a la que también suele caracterizar la habitual soledad y silencio.

Era una buena idea, pero las buenas ideas rara vez tienen un único padre.   Cuando llegamos allí ya hay una cordada. Mientras nos ponemos los arneses y de más fanfarria llegan un grupo de chicos y, luego aquello acaba convirtiéndose en algo parecido a una concentración.

La escuela es pequeña y, un número considerable de sus vías no son nada atractivas para la integridad física por acumular handicaps conocidos como panales de abejas y bloques que se mueven, cuestiones estas que las anula a efectos prácticos. 

No hubo que pedir número, pero casi.

Antonio, Almudena y Zule compartían escuela con nosotros y poco a poco fuimos mezclándonos para escalar.


De nuevo marro un primer pegue "a vista" a un 6a, la vía nº 7 del sector derecho, esta vez no tengo escusa, esta vía es exactamente lo que se me daba bien.  Una vía desplomada de 8 metros. El ego me suelta un "Qué malo eres", pero la razón me consuela, "Vamos a más"

En el 2º pegue pues eso, se fue para la libreta constituyendo el encadenamiento número 31 de los últimos doce meses.

Como otras opciones más sencillas no estaban disponibles, acabamos por puro descarte debajo de "Tocho Desplome" 6b+, que al principio me pareció imposible, y luego factible y siempre una vía cojonuda, de esas que aparecen marcadas en rojo en las guías.

En la Pedri, "Con Pelos a los Lados" me había dicho que si me sacan de lo habitual no se escalar, lo que me dice "Tocho Desplome" es que si quiero disfrutar escalando vías como esta, no me queda otra que entrenar, y me mandó el mártes a sacarme un bono en el roco.

Después de 4 pegues y observar como Antonio resolvía sencillamente los pasos que yo no había visto, di por finalizada mi exhibición.

Una cosa que si hacemos de manera excelente en la escalada, es acabar las sesiones deportivas tomando raciones en los bares. En Guadalix no conocíamos ninguno y Zulema tuvo que llamar al equipo de asesores, para que nos recomendaran uno:  La Tabernita, en la Calle Mayor 76, nos acogió con los brazos abiertos y nos pusieron lo que necesitábamos.   Mucha amabilidad, precio razonable, buena calidad y el tamaño de las raciones justo. Habemus bar en Guadalix.

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