domingo, 29 de enero de 2012

La Ignatius

 Habíamos dejado atrás un jueves de libranza invertido en terminar de dar un repaso a lo aun pendiente de la Cara Sur de la Tortuga, y aprovechar la coyuntural circunstancia de encontrarnos un sector habitualmente masificado, en condiciones de trabajar los deberes no resueltos sin presión.

No fui capaz de lograr el objetivo final, pero acabé contento.  A mi modo de ver, aguantar cinco pegues a un 6c viniendo del estado de forma del que vengo y habiendo logrado matizar cada uno de los pasos duros, supone un justo resultado que a mi estado de forma mental.

Además, ver que Gema va siendo poquito a poco capaz de "menearse" sobre unas placas pedriceras que siempre la han apabullado y, que junto a unos primeros recursos técnicos, comienzan a llegar sus primeras conquistas top-roperas... y sus primeros esbozos de satisfacción granítica...    Queda mucho camino por recorrer, pero queda menos para lograr que ese recorrido sea divertido en tiempo real.

Pepa también triunfó. Una cordada vecina trajo a su cachorro de Labrador y juntos, pronto supieron en que emplear tan afortunado encuentro: Carreras, hoyos, y la degustación de cierta materia que prefiero no comentar...

Así que más que contentos, y bien repletos los depósitos de la "satisfacción deportiva", había llegado el ansiado momento de quitar las telarañas del arcón donde guardamos la "cacharrería pesada".   Con la inestimable participación de Alfonso pretendíamos hacer "nuestra primera al Yelmo" y si bien a mi me apetecía hacer la Ignatius y la Piratas (por aquello de continuar con el repertorio de David Alcojor) los objetivos consensuados sustituyeron la Piratas por la Julito.

El caso es que en la conversación telefónica en la que quedaron establecidos los objetivos, ya me sorprendió bastante la hora propuesta de quedar: Las diez de la mañana en Carabanchel, no sonaba a hora muy "Pro" que digamos... Pero vamos, que como no me gusta madrugar, y es la hora habitual en nuestras jornadas de deportiva, tampoco le dí más vueltas.

Quedar a las diez... con contratiempos incluidos supone salir a las 10:20, aparcar en los aparcamientos más alejados del Tranco a las 11:10 y estar a pie de la Ignatius con el arnés puesto a las 13 horas.   No seré yo quien meta prisas...  Pero a mi  ya me daba un nosequé de que no nos iba a dar tiempo a hacer las dos.

Estábamos practicamente solos en el Yelmo, aunque nos precedía una cordada de dos que acababa de iniciar su singladura en nuestra vía.  Diez minutos después de verles desaparecer por el segundo largo había llegado nuestro momento.

Este es el resumen de nuestra ascensión:

Alfonso en la R1
L1. Alfonso que ya ha escalado esta vía al menos un par de veces, me cede la  cabeza de cordada.  El largo es un corto muro de regletitas bien protegido con tensores químicos.  En un plis alcanzo la reunión montada con una U química.  De momento la cosa se deja hacer y el estrés es nulo.

Gema y Alfonso se reunen con migo en menos que canta un gallo.   Alfonso en plan generoso me cede de nuevo la cabeza de cordada.






L2.  Se trata de nuevo de seguir los químicos de la pared, el tercero está a tomar por saco y esta vez el terreno es placa de adherencia.  De nada me vale saber que según todas las guías la dureza no pasa de Vº grado.  Me acojono como hay Dios, pero no me bloqueo, veo cerca una reunión... pero no es la que busco.. En su día, llendo de paquete con Javi nos desviamos por ahí sin pretenderlo y acabamos haciendo los largos superiores de la Ferroviarios.   Esta vez iba avisado, giro la vista hacia la derecha y veo lejos un cuarto químico.  Sigue el estrés pero menos, pienso que una eventual caída con mal resultado es cada vez más difícil.
Inicio del 2º largo

Una reunión con dos anclajes químicos me recibe "agradecido".

Me sorprende ver que Gema se planta en la reunión sin alterarse demasiado y no me sorprende nada ver a Alfonso presentarse en la reunión jadeando... no ha tardado ni cinco minutos en fumarse el largo.

L3.  Le corresponde a Alfonso, pero bien por generosidad, bien por otros factores, se me otorga la oportunidad de llevarme la "experiencia completa" y la acepto encantado.   Ahora nos bajamos al IV+ en lo que a nivel de dificultad se refiere y si hemos pasado lo anterior...

De nuevo parto a la conquista de los alejados químicos.   Al principio la dificultad parece mantenerse, pero enseguida la placa pierde inclinación de manera inversamente proporcional a la distancia entre los seguros.  Aunque mantengo el nivel de atención el nivel de estrés va en descenso.   Esta vez me acoge una reunión con un químico y un parabolt (el único de toda la vía).

En este largo Gema se ve superada por la acumulación de tensión y se descompone un poco...    Me sorprendo, porque objetivamente es en todos sus aspectos más sencillo que el anterior...  En fin, la adherencia, el tiempo en pared y la catalización de las tensiones de los demás... quien sabe como funcionan los miedos de cada uno.   Se descompone pero no se detiene... Alfonso y yo, cada uno desde un extremo del largo la animamos.  La conozco bien, cinco minutos después de ganar la reunión y el bajón es cosa del pasado.


L4. Damos por hecho que no hay reunión equipada, enfrente de nosotros dos cáncamos son toda la protección del largo.  No hace falta nada más.  Se trata de un IIIº con intensidad decreciente.    Alfonso encabeza el largo, es más de fiar montando reuniones que yo.  Le vemos sobre pasar el "famoso árbol seco"  y desaparecer sobre unos bloques que están algo más arriba.   Enseguida da la salida a Gema y me quedo unos instantes sólo y despreocupado de todo.  Intentando disfrutar del paisaje.  Sólo quedamos nosotros en el Yelmo. Hemos debido de tener mucha suerte.
Vistas desde la R3: Embalse de Santillana y R de "La Culpa la Tienes Tú" (creo)

Reunidos todos junto al bloque donde Alfonso ha montado la reunión triangulando los tres friends que llevábamos, nos desencordamos y nos calzamos las zapatillas.  Ahora se trata de andar hasta la cumbre.


Trepada final
En este recorrido no hay que ser un as de la orientación...  El Yelmo es un domo granítico y lo único que hay que hacer es ganar altura por donde menos yuyu nos dé, pronto daremos con la cima y su vértice geodésico.  

Foto de cumbre
Habíamos pactado con Gema no someterla a la experiencia de un descenso por La Valentina y por eso, tras la foto de cumbre, nos empleamos en la búsqueda de la grieta norte, por donde se encuentra el acceso "normal" al Yelmo.

Tardamos un poco en dar con ella y eso nos creo cierta inquietud... sólo cierta, porque acabamos encontrándola y en menos que canta un gallo emergíamos por el otro lado con un único pensamiento: "Pepa"

Casi a la carrera bordeamos el Yelmo hasta llegar de nuevo a la Pradera.  Desde allí empezamos a llamarla a gritos... Considerando que podían bajar mucho las temperaturas preferimos no dejarla atada.  Hacía tres horas que habíamos iniciado la vía y estábamos preocupados con lo que hubiera podido pasar.

Cuando estábamos apunto de preocuparnos de verdad, la vemos salir al galope a nuestro encuentro.   Quien no tiene perro no puede entender la emoción que humanos y perro compartimos en ese momento.   Ahora sí que podíamos decir que todo había salido bien.

Tal y como exige la UIAA para homologar una ascensión y después de un largo descenso ya con los frontales encendidos, tocaba "cerrar el largo" en la Pizzeria de Manzanares.   Cuatro cervezas, dos copas de vino y una maxi familiar más tarde dábamos por concluida la aventura... ¿La próxima quizás la Piratas?

Epílogo:

La guía de David Alcojor "Clásicas de la Zona Centro" a parte de tener un croquis bastante deficiente (la referencia en este caso, sigue siendo la de J. Ignacio Luján y David A. Zapata) indica que el segundo largo  tiende hacia la izquierda, cuando es todo lo contrario... Ojo, porque te metes en la Ferroviarios. 

También indica como único material a portar cintas exprés y material para montar las reuniones equipadas...

Si se decide hacer el 4º largo y no destrepar por la Valentina nosotros consideramos más conveniente subir además algún friend para no someter la seguridad de la cordada  a la  protección de un arbolito que tiene toda la pinta de estar seco.

lunes, 23 de enero de 2012

Deberes

...Los escaladores puramente deportivos solemos tener la manía de intentar dejar encadenada, toda vía hija de vecina a la que nos "encaramamos"...   Como no siempre es posible, surgen los "deberes" y esos deberes pueden, depende de la personalidad de cada uno, ser una pequeña espinita en nuestro, llamémosle devenir rocoso, o bien una gran jodienda que nos impide cambiar de sector, escuela o planeta hasta que logremos arrancárnosla del corazón con destino a la libreta de los encadenes.

He intentado ser un "moderno" de esos que dicen que sólo escalan "a vista" y no lo he conseguido... También he intentado no meter más de dos pegues por día a una misma vía... y tampoco.

En este deporte soy como el jugador compulsivo que piensa que en la siguente mano se recuperará de toda una noche de pérdidas... y tiene que jugar una vez más.

Como los pegues (o intentos a una vía) no cuestan dinero, el final de la jornada lo suele marcar una de dos: la sonrisa idiota por el encadene al enésimo pegue o la cara de póker y la pájara total por el vaciado físico y psicológico debidos al infructuoso esfuerzo dedicado.

He de reconocer, que en mi locura, he llegado a sentir placer por ser capaz de darme de ostias con una vía que me supera y no rendirme.   En alguna ocasión Javi me ha preguntado ¿Pero cuantos pegues llevas ya?   Y lejos de avergonzarme, la respuesta sólo ha servido para echarnos unas risas e ir a por el siguiente.  No son "Maneras de Vivir" son "Maneras de escalar" que diría Rosendo Mercado.

Bueno, pues resulta que el otro día, después de dos o tres visitas, había ya casi agotado  las vías de la cara Sur y Oeste de la Tortuga, pues el objetivo era como siempre dejar el sector limpio de polvo y paja para emigrar a otro... Para continuar con el rodillo, digo con la dinámica. 

Y en fin, pues nada, ahí estaban ese 7a denominado "Rharha" y un 6c de buena planta que responde al nombre de "Doble buril".   Vías de las que dicen las malas lenguas pedriceras  que son de "grado fácil"  (Entiéndase esto como ligeramente "sobrecotadas" ) y yo que ando en busca de presas que me devuelvan a mi estatus de escalador de gama media y quedándose esos dos huecos por tachar en mi guía ...  Estaba obligado por todo tipo de razones sin sentido a acometerlas sin descanso hasta el Rot Punkt que diría Gullich.

Cual don Quijote con la mirada ida creyendo ver cantos en lo que no son más que romos a contra pie, me lancé a por el primero de ellos empujado por una fuerza inexplicable que me abandonó tras tres pegues y una hora colgando del arnés en el mismo punto...

-"Aun queda luz". -Me decía, mientras centraba ahora todos mis esfuerzos en "Doble Buril"... Dispuesto a no largarme de allí sin tener algo decente que llevarme a la boca. Tras un pegue completo a sus 45 metros... Bajaba sin fuerzas, cabreado, con hambre y con el único deseo de volver y acabar con este sufrimiento esteril... llámado  "deberes"

El domingo volvíamos a Patones. Para nosotros, de momento, el alternar escuelas consiste en eso, el sábado Pedri y el domingo Los Patons....El Clan Almu había dicho de quedar "Donde la Motorhead"  y claro... Eso es el sector Luna, rápidamente mi procesador devuelve un motivo de peso para no poner pegas: de nuevo deberes incumplidos... Deberes que atienden al nombre de "Necronomicón" 6b+/7a (eliminatorio), deberes pendientes de pago desde que el día 5 de junio de 2010 la metí tres infructuosos hachazos....

Son las cuatro de la tarde no puedo ni con los gatos y nos toca remontar el cañòn hasta el parking de enmedio... Estoy acabado y también encantado... El fin de semana repetimos... Culpa de los málditos deberes.

jueves, 19 de enero de 2012

Boreal Joker

Web de la marca Boreal
Tenía muchas ganas de tener de nuevo unos gatos de la marca Boreal.   Me han gustado desde siempre, por estética y sobre todo por su calidad de construcción.   Sin embargo, desde que fulminé unos Spider en Quirós hace ya unos cuantos años, no había terminado por decidirme a repetir.

Aquellos gatos, eran comodísimos, ajustaban fenomenal y "congeniaban" a la perfección con la horma de mi pie.   En cuanto a prestaciones, tenían un canto interior muy duro que permitía apurar ñapas insignificantes y también una infame suela "Fusión 3"  que estaba a años luz de sus competidoras, las conocidas Five Ten o Vibram.

Y es que este es el punto clave de esta historia:  La suela.   Boreal, al contrario que otras marcas, ha apostado sin fisuras por gomas de fabricación propia, y si bien, nos cuentan los más veteranos que la Fusión 1 estaba entre las mejores, lo que es cierto es que la Fusión 3 no.

Pero como todo esto es discutible, y puede ser considerado un criterio malintencionado,  invito al que quiera a intentar una placa de adherencia con unos gatos Boreal con la Fusion 3 nueva... Orgásmico.

Cuando salió  la nueva suela, la Fusión 4, volví a prestar atención a la marca, la prensa parecía estar de acuerdo en que se había superado en mucho a su predecesora, mientras que en la tienda, no hacía falta ser un profesional de la montaña, para constatar que su tacto nada tenía que ver con esa especie de satinado que caracterizaba a la fusión 3 cuando estaba nueva.

Al poco, leí un artículo de Tino Nuñez en el que hablaba muy positivamente de estos gatos, por comodidad ya que posee una horma recta y ancha y un ligero almohadillado en el talón y por prestaciones en los terrenos para los que está concebido: Vías largas, rocódromos y vías deportivas hasta 6a.

Pero bueno, las revistas, ya se sabe, viven de la publicidad y hay que tomarse los comentarios positivos con cautela.

Un día vi que Alfonso, un escalador potente que escalaba holgadamente 7a's los llevaba y, tras preguntarle por ellos, me los recomendó sin ningún género de dudas, aunque también me dijo que los había recauchutado con otra suela.

Pues bien, hace un año y por llevar la contraria al criterio mayoritario, me hice con un par de Boreal Joker de cordones que adquirí en +Montaña.  Digo lo de la tienda porque la marca parecía estar al borde de la extinción y costó trabajo dar con ellos.

El primer reto fue escoger la talla.   Teniendo una ya larga experiencia con el Five Ten Anasazi y con los Sportiva Miura y estirando los primeros tan poco y los segundos tanto, no fuera a ser, que el gato "cómodo" se me hiciese insoportable por excesivamente prieto u holgado y, tirase a la basura los aproximadamente 70 euros que costaban. Así pues, intenté recurrir al criterio del vendedor, pero en esta tienda nadie... y cuando digo nadie, digo nadie, había usado antes Boreal, y no se me entienda mal, pues son buenos profesionales y en algunos casos extremadamente amables y agradezco muchísimo la sinceridad antes que una respuesta cualquiera por asegurarse una venta. El caso es que al final tuve que fiarme de mi intuición.

Los Boreal, son de piel natural y dado que los Sportiva, que también lo son, se dan mucho de si...  me arriesgué a pedir la talla USA 9 (UKA 8 o Eur 42), en vez de la 9,5 que es mi número habitual en calzado de calle y la que me más me convencía en la tienda, por ofrecer el compromiso ideal entre ajuste y comodidad.


Puestos en antecedentes, vamos allá con los resultados, pues un año acompañándome en mis trepadas de fin de semana es suficiente para tener claro de que van.
Escalando con los Joker en el Sector Estradivarius de Patones

Después de las primeras escaladas, algo si tenía súper claro:  la había cagado con la talla y no lo digo porque acabe de leer en la Web de Boreal que se recomienda para estos gatos usar la misma que la de calle... sino porque en vías cortas pedriceras se me hacían francamente insoportables.  De hecho me quedaban igual de apretados que la 41 que uso de Miura que es el gato con el que he encadenado mis 7a's,  pero con la diferencia de que su función no es la misma.

Este gato está concebido para llevarlo puesto durante muchas horas en sesiones rocodromeras o en vías de varios largos...   Y yo súdaba sangre para soportarlos en vías de un largo...  La elección de la talla fue mía así como la culpa de mi equivocación.

En fin, la pela es la pela y tocaba amortizar la inversión, así que continué usándolos y después de un par de meses la cosa empezó  a relajarse hasta que finalmente pude escalar tranquilo, sin acordarme de qué llevaba puesto en los pies.

El gato no vale para cantear, tiene una punta ancha y redondeada que no busca la precisión.  Evidentemente puedes pisar una regleta pequeña y salir airoso, pero siempre en términos de ir dentro del grado de "disfrute".

La suela mejora sin reparos a su antecesora, que era, digámoslo con suavidad pero claramente, una auténtica full, ésta, sigue necesitando un rodaje, ya que como todas las Boreal no da lo mejor de si desde el principio, pero una vez que empieza a escamarse da la talla y cumple su función.

Pero la pregunta no es esa, sino esta:

¿Está está suela al nivel de las Vibram o Five Ten? y la respuesta está clara, No.  Si bien la distancia ya no es tan patente, cumpliendo bastante bien en caliza y no también en las placas de adherencia pedriceras.

Otro aspecto que me ha sorprendido negativamente respecto a la suela, es que a los pocos usos empezó a despegarse por los cantos. No es que sea la cosa muy grave dado el enfoque respecto al grado que tiene este modelo, pero la verdad es que escalar con unos gatos con "boqueras" no me llena de felicidad precisamente.


El resto del gato, es simplemente perfecto, buena construcción, buenos materiales, buen diseño y un tacto agradable a la piel...  Y algo muy importante en lo que vence sin paliativos a mis Anasazi, y es que transpiran correctamente.


Conclusiones:

-Talla: Como no me paga nadie, me los he pagado yo y ha sido culpa mía el elegir una talla inadecuada.   En caso de decidirse por este pie de gato, y salvo que lo tengáis claro, apostad por la talla de calle (mejor en su equivalencia en USA o UK ya que lo de la Eur es un cachondeo)


-Prestaciones: Gato ancho y cómodo, concebido para vías de varios largos, para rocódromo o las vías deportivas de calentamiento (hasta 6a).  Con una amortiguación en la suela destinada a favorecer que el gato permanezca mucho tiempo puesto en nuestro pie (Ahora es más común, pero hasta este modelo yo no lo había visto en ninguna otra marca)

Las suelas Boreal mejoran con el uso, no os decepcionéis por las prestaciones del primer día, irán notoriamente a mejor.

Funcionan mejor en caliza que en granito, que es donde más se exige a la suela y donde más de manifiesto quedan sus carencias.

-Construcción: nada que objetar: Perfectos.

¿Los volvería a comprar?

Sí, pero medio número más grande... Sus virtudes serían resaltadas y sus defectos los mismos... Hasta la hora del recauchutado, claro.


Epílogo:

No soy yo el primero que se formula esta pregunta  ¿Porqué una marca de pies de gato tan buena, insiste en apostar en toda su gama por una suela que no está a la altura de las mejores?

Sito me dijo que los Boreal van fantásticos en Quirós... Quizás tenga razón.
¿Se han planteado en Boreal cuantos de sus productos son recauchutados con gomas distintas una vez desgastadas las de fábrica?

domingo, 8 de enero de 2012

Puesta a punto

Ayer, en La Pedriza, en la cara Sur de la Tortuga se me atascó 4 pegues "Cuando Salgan Las Estrellas" un 6b+ que me había llevado a vista en febrero del año pasado, y hoy, en Patones, me ha llevado dos pegues "El Techo del Maya" un viejo conocido que me sirve de tabla de medir.

lunes, 2 de enero de 2012

Puente de la Constitución II - Andorra, Carretera y manta.


...Pues bien, nuestro paso por la Manga, a una hora de Leiva, nos dejó buen sabor de boca, un entrecot a la pimienta, y muchos agradables momentos cotidianos con "El Clan de Almu", pero eramos uno menos a la hora de subirnos a la furgo y se nos quedaba un no sé qué extraño en el estómago... Nuestra relación con Pepa es exactamente la misma que la de esas viejas medio chifladas que hablan con sus chiguaguas en el parque... Sólo nos falta ponerle trajecitos y enseñar su foto a desconocidos... Pero todo se andará.


Ahora nuestras Continental, buscarán y se mantendrán adheridas durante unos cuantos cientos de kilómetros a la AP-7, al principio la radio parece no funcionar, pero sólo es un susto. Carretera y Manta.

Con las últimas horas de luz del día llegamos a Torrelles del Foix, en la Provincia de Barcelona,  allí hacemos noche en Ca Sala una especie de hostal rural, que nos acoge gracias a una de esas cajitas rojas cortesía de una persona agradecida a Gema. (Aprovechamos la ocasión para informar, por si a alguien le da corte preguntar, que aceptamos todo tipo de regalos, ya sea material deportivo, dinero, artículos electrónicos,  trajes, o un cargo de asesor en telefónica... por poner algunos ejemplos)

El Hostelero nos acoge agradablemente, pero nos dispara como una metralleta las condiciones de uso y lo que podemos hacer por la zona... Casi ni respira...  Se me ocurre decir, que si eso ya,  que me lo explique mañana... Pero mientras pestañeamos, le vemos ponerse el abrigo y largarse calle abajo a toda pastilla mientras responde con educación "Mañana si eso ya... pues ya... "

Faltan cinco minutos para el Barcelona-Real Madrid y casi le jodemos el partido.

La habitación es humilde pero agradable, no nos quejamos, la sábanas son calentitas y la ducha sale con presión y con la temperatura adecuada... El desayuno está incluido y se sirve en una cafetería cercana: Pan tomaca, pastitas, zumo y café.   Como en muchos otros ámbitos, en un hospedaje tambíen vale más un buen interior que una bonita carcasa.

Cruzamos la frontera con Andorra con expectación...  Llevamos de todo... a ver si se van a pensar cuando crucemos de vuelta que en vez de "llevar de todo" "traemos de todo" y la vamos a liar.
Le contamos a un aduanero nuestros desvelos y nos tranquiliza: No es lo mismo ir que venir, pero si vienes con lo que ibas y no vas con 10 veces lo mismo de lo que traías...    En fin algo complicado de contarle a un juez, pero que sonaba convincente... Al fin y al cabo ni fumamos ni bebemos los suficiente como para complicarnos la vida.

Sergio, nuestro enlace en El Tarter nos espera en la puerta del supermercado y nos conduce al apartamento que nos han buscado Amaya y Carlos... Nada más cruzar la puerta del garaje casi arranco las bicis de cuajo, por suerte los daños se reducen al timbre de mi Giant...  Casi como volver a nacer.

En Andorra los objetivos nada tienen que ver con la escalada, se trata de pasarlo bien, aprender a esquiar, volver a ver a nuestros amigos de Turquía y comprar todo lo que nos de el dinero que llevamos...

El único objetivo incumplido es este último y por decisión bilateral.   No nos gusta el sistema de no poner precios a las cosas y tener que preguntar continuamente cuanto valen...  Además los precios que nos dicen no son nada especial.   La única tienda seria que encontramos en este sentido es Alpesport, unos pies de gato nuevos fueron nuestra única compra Andorrana.

Nuestro paso por Andorra fue escogido exproceso para estar en temporada baja, gracias a eso, y a la falta de nieve nos encontramos las condiciones perfectas para aprender...   Es decir, sin nadie.  Pas de La Casa tiene 5 ó 6 pistas abiertas y Grau Roig también, así que como nosotros somos principiantes nos sobra.

Fabrizio seria nuestro profe durante 4 días y parte de la causa de nuestra ruina económica...  Sarna con gusto no pica dicen... pero ver menguar la cuenta de esa manera y a esa velocidad, confieso que escuece un poco.

Después de cuatro días de clases conozco los fundamentos básicos para pasármelo bien y hasta me la juego en una pista negra. Me detengo cada dos giros pero llego en pie hasta el final.  Me siento un héroe... Cosas de ser principiante... Aun recuerdo aquellos primeros V+...

Gema aprende a hacer la cuña, y se lo toma tan enserio que se pasa 14 horas haciéndola, conclusión, lesión de rodilla el miércoles y cuerpo absolutamente "reventing" esa noche.    Nunca la había visto tan cansada...  Es hasta gracioso verla así, le pesan hasta las uñas.


El otro objetivo de nuestro "Salto Andorrano" era volver a ver a Carlos y Amaya, los encontramos bien, muy bien. También que casi son ya tres...   Nos invitan a cenar a su casa y nos echamos unas buenas risas.  Casi como si estuvieramos en el Kaddir's Tree Houses de Olympos.   Sólo falto la partida de Rummikub.

Alberto y Carlos
El sábado ya estába todo el bacalao vendido y la cuenta de gastos suficientemente engordada... Un gusanillo en los dedos nos indicaba que también teníamos mono de escalar... Es tiempo de regresar a casa.

domingo, 1 de enero de 2012

2011 y un poquito de aventuras en Leiva.

 ...No ha sido este mi mejor año como escalador, tras un prometedor inicio, encadenando algunos 7a, llegaron las lesiones, la desmotivación, la falta de tiempo y algún disgustillo en lo personal.   A pesar de todo la maquinaria nunca llego a detenerse por completo, así que al ralentí y alejado de la capacidad necesaria para encadenar 7a's o 6c's, recalamos este verano en Quirós donde al menos si recuperé la ilusión por trepar, que al fin y al cabo no deja de ser el elemento esencial de esta historia.

Gema siempre ha estado ahí,  dando su apoyo y a veces sacándome a rastras al monte cuando  mi mal humor o mi desesperación vital llegaba a límites de "código rojo"...  La verdad es que no me imagino como hubiera sido este 2011, ni el futuro sin compartir proyecto vital con ella.

A nivel de amigos, hemos compartido, este año más que ningún otro, muchas jornadas patoneras con Zule, Antonio y Almudena... Y también con Cora y Tula... Y en todas ellas, lo que más ha merecido la pena encadenar, poco ha tenido que ver con la roca.

Hemos echado mucho de menos a Javi y Susana. Nuestra falta de tiempo, o más bien la mía por mis intenciones frustradas de intentar estudiar, nos ha impedido seguirles la pista algo más...  En algún momento hemos deseado con fuerza poder acompañarles a Cuenca y hasta nos hemos llegado a creer que podríamos... Pero en la práctica los sueños chocan con la realidad y esta manda que los domingos hay que comer pronto en casa para sacar algún rato frente a los libros... Que no es lo mismo que estudiar.

Alfonso es ese "verso suelto" con el que nos hubiera gustado compartir más tiempo.   No ha podido ser, pero será.   El Yelmo nos espera y él es nuestro hombre en su pared Sur.

Este también ha sido otro año sin María...  Su muerte se va separando del presente a medida que se van intercalando los años... El dolor remite, el olvidó no gana terreno. Es lo que hay.

... Y bueno, un poco de chicha para esta entrada...   Una especie de "Bonus-Track" para un blog "técnicamente detenido" desde hace meses.

Pues resulta que como somos gente de costumbres, este año volvimos a nuestro "habitual lugar del crimen invernal"   así que La Fiera, cargada hasta los topes, nos condujo, en su primer viaje puramente aventurero, hasta el Área Recreativa La Perdiz, campo base de la escuela de escalada de Leiva.

Aunque partíamos para quince días nuestras actividades en Leiva nos retendrían allí ni más ni menos que siete.   A las 20:30 del sábado y con la furgoneta cargada como si huyéramos de algo, tomamos rumbo a nuestro destino murciano.  Alrededor de las dos de la mañana y tras montar la tienda de noche y con un frío que pela dimos por concluida la jornada y nos retiramos a dormir, que no a descansar... y es que como estábamos oxidados por la falta de movimiento la primera contrariedad no tardó en surgir...  ¿Que hacía yo en diciembre en Leiva con un saco del Decathlon cuya temperatura de confort son +5º?  ¿ Y cómo es posible que fuese en verano  a Picos de Europa arrastrando en la mochila un pesado saco Altus cuya temperatura óptima de uso baja varios grados por debajo del 0?



Pues si en aquella pagué con sudores de verano, en esta me tocaba pagar con frío mi, como decía un antiguo jefe: "desastre organizativo"

La primera noche se me hizo larga, a partir de la segunda se acabaron las tonterías: calcetines, dos forros polares y Pepa en medio para dar calor... Me levantaba oliendo una mezcla de entre a tigre y a perro pero habiendo dormido caliente.

Gema tenía un saco de 0º pero como es más friolera que yo, siguió mi política de precios y  olores.

La precariedad endurece y nos gusta en este ámbito, pero como somos chicos con clase un aseo básico en el servicio del área recreativa nos mantenía en condiciones de ser recibidos por la Reina de Inglaterra.

Era domingo, nuestro primer día, y aunque nos levantamos rotos por el viaje y  la noche en lucha contra el frío estábamos como locos por tocar "el balón", así que al tran trán, mientras Pepa correteaba eufórica en busca de sólo ella sabe qué, nos presentamos  tras 47 minutos de aproximación al pie del subsector de iniciación de Las Cuevas, que "que era para lo que estábamos en ese momento".

Un par de V+ ("La U" y "Final"), y un III ("Iniciación") nos sirvieron para divertirnos y sentirnos de nuevo "en nuestro medio"
El "Columnvert" además de cumplir perfectamente su función, sienta "así de bien"

Con las últimas luces del día regresamos al campo base,  no creo que fueran ni las seis de la tarde y ya estábamos acoplados en nuestras sillas mientras en el hornillo amenizados  por su onomatopéyico "suave siseo" se cocía nuestra primera olla de pasta del viaje...   A la temprana cena le siguió el inicio de nuestra añorada rutina:  excursión a los lavabos para fregar la intendencia (este año la fuente estaba seca) lavarnos los dientes, y veinte o treinta minutos de aporreo de la guitarra al compás de un metrónomo, mientras Gema ojeaba la guía, apuraba su infusión o simplemente estaba acopladilla junto a mí.

No más tarde de las 9:30 nos introducíamos en los sacos y hasta el día siguiente....

Echaba de menos esta rutina viajera de disfrutar de largos desayunos y cenas con hambre, dormir no menos de 10 horas y no preocuparnos de otra cosa más que de desayunar-aproximar-escalar-desaproximar-cenar y dormir.  Me encantaría que la vida no se complicase mucho más allá de eso...

¿En qué piensa Pepa?
Así, mientras pasaban los días, fuimos entrando en calor... Y mientras Gema se sacudía por unos días el polvo del tope rope y escalaba siempre de primera encadenando absolutamente todo en lo que se metía, yo luchaba por adaptarme a la roca y robarle pasos a las vías.
Añadir leyenda

Al final además de repetir unas cuantas, cayeron algunas nuevas, y a pesar de lo discreto del grado, a mi me parecieron duras y muy buenas:

-El Beso negro (6a+)
-Sólo una sonrisa (6a)
-Con pelos en la lengua (6b+):  Absolutamente recomendable para quien le guste escalar vías apretando de principio a fin... y no sólo me refiero a los cantos (... vamos, de lo del culete y eso...)

Después de cuatro días escalando, el quinto dimos tregua a nuestros escocidos dedos y desempolvamos las bicis. Como de lo que se trataba era de dar un paseo y ninguno había montado demasiado en los últimos meses decidimos apostar a caballo ganador y hacer la misma pista que recorríamos cada día para llegar a las paredes siguiéndola hasta donde nos aguantaran las piernas.

Al poco de salir, tras cruzar un puente colgante, casi me voy por "la barranquilla" al romperse la cadena cuando estaba intentando no quedarme parado en la subsiguiente rampa.  No habíamos hecho más que entrar en calor y primer incidente mecánico, 15 minutos más tarde retomamos la marcha...  300 metros más allá la bici de Gema "El Pepinillo" muestra ciertos problemas con la cadena, especialmente al intentar meter el plato grande...   A pesar de los pesares y de que el desnivel es considerable, acabamos cogiendo ritmo y poco antes de coronar el puerto neutralizamos a un grupo de murcianos que estaba "haciendo hambre" para la barbacoa que harían en La Perdiz.

Con ellos charlamos luego un buen rato en la cumbre, y nos dimos cuenta que llevábamos cinco días sin relacionarnos con nadie que no fuera nosotros mismos... y oye, por una vez lo estábamos haciendo sin discutir.

En el Collado Blanco los murcianos se dieron la vuelta, pero nosotros decidimos seguir un poco más, hasta unas casas que se veían al otro lado y mucho más abajo de lo que pensábamos
La bajada es fulgurante, pista de cemento con algunas curvas de herradura, en cinco minutos estoy ante las primeras casas...  Veinte minutos más tarde Gema llega a mi altura.. "Relativo esto del tiempo" -Pienso.

El retorno al puerto nos cuesta más de lo esperado, las rampas son durísimas por lo que tenemos que meter todo el desarrollo y apretar los dientes, Gema tiene que descabalgar, pero como siempre no se rinde, y a penas la saco cinco minutos cuando nos reunimos los dos de nuevo en la cima del collado.   Ahora todo es cuesta abajo hasta el coche, imposible ir a la par, así que me adelanto yo para buscar a Pepa que se ha quedado en la furgo, y también para disfrutar de una bajada pistera "A tope de power".  Se que Gema se lo toma con calma, así que con Pepa chupando rueda desandamos de nuevo la pista en busca de mi infatigable compañera de fatigas.

El viernes después de haber encadenado los "objetivos mínimos"  y ante una previsible noche con nueva caída de temperaturas, pensamos en anticipar la partida prevista para la mañana del sábado, así que usamos el comodín de los amigos, llamamos al "Clan de Almu" y sugerimos una invitación para pasar la noche en su guarida de La Manga.



Reencontrarnos con ellos, la ducha caliente, un restaurante y una cama nos hace sentirnos, a pesar de nuestras tendencias más bien republicanas, como auténticos reyes.

El sábado era el día de partida, pero como el estrés nos lo habíamos dejado en casa, nos sobró tiempo para dar una vuelta, desayunar dos veces y despedirnoscon calma de nuestros amigos y de nuestra querida Pepa.    La siguiente etapa vacacional nos llevaría 850 kilómetros por delante hasta la zona de "El Tarter" en Andorra. Donde íbamos y a lo que íbamos no tenía sentido llevarla, además Antonio, Almu y Cora le ofrecían desde todos los puntos de vista, un mejor plan vacacional.