miércoles, 25 de mayo de 2011

Bloqueado.

...Mantener el blog vivo se está convirtiendo en algo mucho más duro que encadenar 7a's... Tampoco mi faceta escaladora pasa por un buen momento... más bien  languidece arrinconada en una esquina por falta de dedicación.

Sí, llevo casi un mes sin escalar y esa quizás sea la causa de que otras muchas cosas se hallan atorado.   He dejado parar la máquina y ahora que quiero ponerla en marcha todo rechina como si mi forma de vivir la vida hubiera sido presa del más agresivo óxido.


Parece que todas las sinergías con las que interacciono se hayan confabulado para impedirme hacer y disfrutar con lo que más me gusta, con lo que yo soy.   Y es que además de las pequeñas lesioncillas que me han ido amargando mis trepadas, parece que cuando vas a ver la salida al túnel los que te exigen empatía no la tienen en absoluto para plantarte chantajes emocionales que te hacen ajustar tu agenda en el último momento teniendo, una vez más, que tachar la escalada del programa de actividades del día.


No, no domino la asertividad, ni ninguna otra disciplina que tenga que ver con la inteligencia emocional. Pero prometo aplicarme en el arte de saber decir No y Sí y no quedar mal.  A veces pienso que más que una técnica que no se desempeñar es un don más de esos con los que no he nacido.

Hace un montón de años leí Momo, en la trama, recuerdo vagamente que los malos eran unos personajes que se fumaban el tiempo de los demás... de hecho se nutrían de tiempo y sólo consumiendo ese tiempo vivían.  Cada día hago menos cosas y sin embargo tengo menos tiempo para hacer las que hago   y mucho menos para disfrutarlas  ¿Se estarán fumando mi tiempo? ¿o me habré vuelto fumador de mi propio tiempo sin ser consciente de ello?

sábado, 14 de mayo de 2011

...De lo de que también monto en bici...

Antes de que me picara el bicho de la escalada ya lo había hecho el gusanillo de la Mountainbike... y aunque latente, mi pasión por las bicis, nunca desapareció del todo.

Hace un mes rompí la hucha y con un poco de allí y un poco de acá y algo de remordimiento de conciencia, me decidí a pillarme un maquinón con el que volver los senderos.

Después de algunos paseillos por la Casa de Campo para poner algo a tono mis piernas, hoy me ví con ganas de ir hasta El Pardo.

Disponía de tiempo y la lluvía que amenizó mi de dedicación a la Ley de Procedimiento Administrativo había marchado a otro lugar.  En casa, Gema me liberó de toda obligación doméstica y Pepa sólo puso la cara de pena justa cuando se percató de que me iba sin ella.

Al principio note frío a pesar de la térmica y los manguitos...  La humedad estaba en el ambiente y las ruedas levantaban el agua del suelo...   pensé que quizás debería haber cogido el Buff para el cuello.

Lo de Madrid Río es impresionante... Mejorable sin duda, pero indudablemente un "obrón".  Los defectos son de diseño, y también de ejecución.   Una sola calzada asfaltada de unos cinco metros de ancho une en el mismo espacio a paseantes, patinadores, ciclistas, skaters... El conflicto y los accidentes están asegurados.

Hubiera sido fácil reducir la anchura de la calzada y añadir, en la misma medida un carril bici, separando los distintos tipos de usuarios... También se podían haber trazado uno o varios senderos por la zona arbolada... Las prisas por terminar han llevado a una anárquica distribución de los árboles, haciendo imposible imaginar un trazado lógico que los atraviese y descongestione el "tráfico" del pasillo asfaltado.   Otras zonas, inaguradas más tarde, presentan numerosos claros de tierra sin nada sembrado...   Y sin embargo, la ciudad ha salido ganando,  sin duda.

Entro en la Casa de Campo por la entrada del Puente del Rey.   Esta vez continuo por asfalto... Tengo la bici impoluta... pero esa no es la razón.   El barro de la Casa de Campo es muy viscoso y difícil de quitar, pero sobre todo, muy duro de ciclar y yo no se de cuantas fuerzas dispongo.  Decido que más vale ser ciclista conservador que ciclista apajarado.

Bordeo el muro de la Casa de Campo siguiendo un rumbo paralelo al río. Después de pasar bajo el Puente de los Franceses tomo el anillo ciclista que por una pasarela me hace sobrevolar la M-30... A partir de aquí no conozco nada.


El Carril bici discurre por la orilla izquierda del Manzanares (en sentido inverso a la corriente)... El río corre sucio y sin embargo, sigue habiendo mucho de bello en él.  Quizás un día el hombre aprenda a gestionar su convivencia con el resto de elementos de la naturaleza sin agredirla y defendiéndola como a una parte de si mismo.  De otra parte, ya se ve como nos luce el pelo.


Vuelvo a cruzar por otra pasarela, esta vez sobre la A6 y de nuevo el río por  un viejo y señorial puente...El de San Fernando... Una última pasarela, de nuevo sobre la M-30 me deja junto a un muro de ladrillo rojo que me acompaña unos metros.  Marca el límite de un Campo de Golf.   Pienso durante unos segundo que se le dedican demasiados metros cuadrados a un deporte que practican muy pocos y que consume recursos de todos.

Calle Arroyo del Fresno...  sigo el carril bici aunque se que me estoy separando de la carretera del Pardo y del lugar por donde quiero entrar... sin embargo algo he leído en Internet de lo que he deducido que ya no se puede entrar por ahí.

Después de una larga subida cruzo la M-30 por un tunel que tiene un ojo peatonal, algunas señoras a las que interpelo, me ofrecen amables sus explicaciones.

Ahora cruzo Herrera Oria... Cada vez estoy menos convencido de lo que estoy haciendo pero sigo el carril como si se tratase de un camino enlosado con baldosas amarillas rumbo a Oz.


En el Parque Gabriela Mistral doy la vuelta... Ahora, camuflado entre los coches, sigo su rumbo Herrera Oria abajo, en busca de más carteles que señalen la tierra prometida.

En cinco minutos estoy en la carretera del Pardo, un minuto más tarde, mi memoria reconoce  al instante un diminuto sendero que se pierde entre el arbolado... lo tomo.  Es el inicio de la montaña rusa por la que decidí volver a montar en bici.  Uno de los senderos más divertidos de Madrid.  Aquí aprendí hace tiempo a domar una BH Top Line 500, luego una Grisley y ahora me propongo  hacer lo mismo con mi flamante Giant Trance.

Me siento torpe... La bici está muy por encima de mis capacidades actuales. Sin embargo la tecnología ha evolucionado a mi favor y mi bici es un Pepino.   El sendero obliga a trazar... y mi máquina corrige parte de mis errores.  De repente aparece un tobogán más serio y clavo los frenos de disco... vamos a intentar no rompernos la crisma el primer día.

El terreno está blando y mis calas se embozan de barro, un árbol me ayuda a detenerme sin sacar los pies de los pedales.  Al forzar el gesto las calas se giran y me veo obligado a limpiarlas y desmontarlas para colocarlas rectas.

Se me hace tarde, decido tomar la primera variante que enlace con la carretera y dar media vuelta.   Lo hago justo a la altura de un puente ferroviario.   De repente, como un flash, me vuelve a la memoria la caída de un colega de la facultad... Sergio Abajo Durán derrapó justo en esa curva hacia 1994 haciendose una preciosa brecha en la barbilla.   Unas risas, tres o cuatro puntos y una regañina materna zanjaron el asunto.

No fue el único flash que tuve durante la ruta. Al volver por la orilla de la carretera recordé nitidamente un día en el que Marce y yo perforamos nuestras ruedas con decenas de pinchos de abrojo.  Imposible cualquier intento de reparación.  Llenamos las cámaras a tope en la gasolinera y salimos por piernas para intentar llegar lo más cerca posible de Madrid.   El resto fue un bonito paseo andando.

Mis piernas, de momento, no son capaces de mantener aquellas cadencias de pedaleo pero el terreno ayuda y le doy duro a los pedales... Tras un momento de confusión y gracias a unas pintadas en el suelo doy con la Senda Real o GR 124 y acabo enlazando de nuevo con el anillo ciclista.   No quiero llegar tarde y mantengo, en la medida de lo posible, un alto ritmo de pedaleo.

Cuando por fin llego de nuevo a Madrid disfruto de un "Madrid-Río" semi desierto a causa de la hora y de la lluvia. Aprieto los dientes y le doy caña a los pedales.   Estoy eufórico.

lunes, 2 de mayo de 2011

Una más de... QUIRÓS

 
Una vez, cuando aún corría el año 2003, Omar y yo decidimos hacer un curso de escalada para aprender a escalar "vías de varios largos". 

Habíamos conocido poco tiempo atrás a Jonás Cruces, hoy motor de Todo Vertical (o V+) y él nos sugirió hacerlo en la escuela de Quirós, en Asturias.

De Quirós, nosotros que apenas habíamos salido de El Vellón, no habíamos oído hablar, pero el plan nos pareció bien y una buena mañana nos reunimos los tres en el Albergue de Arrojo.

Aquel día sufrí uno de los grandes flechazos de mi vida, El Valle de Quirós me ofrecía una visión hipnótica de la perfección de la naturaleza cuando da lo mejor de sí junto a una equilibrada presencia humana contenida en términos urbanísticos.

Metamos todo esto en la cocktelera y añadamos unas paredes de  caliza perfecta, vías para todos los gustos, rutas cicloturistas, el embalse de Valdemurio, infinidad de senderos... Oviedo a 25 minutos, y Gijón  y un amplio surtido de playas a un máximo de 40.  ¿El paraíso?   Si no lo es, se le parece mucho.

Desde aquel 2003 no he fallado ni un sólo año y como si de una obligada peregrinación se tratase he intentado por todos los medios no faltar a mi cita con el valle así como intentar compartirlo con todas las personas a las que quiero.

Ahora, hay más casas, los precios han subido, La senda del oso atraviesa una finca en la que una vez soñé con convertir un establo en vivienda con embarcadero,  han construido un infame aparcamiento en El Llano y aun así... sigue siendo Quirós.  El lugar más vital que he conocido.

Hace ya tiempo que perdí la cuenta de las veces que mis gatos me han llevado hasta allí y sin embargo allí estábamos otra vez...

La falta de motivación no cuenta  cuando te levantas soñoliento por la mañana y mientras desayunas un café soluble y unas rebanadas de pan al estilo "hornillo" en  Las Agüeras, los ojos galopan ya en busca de  los sectores que tan buenos momentos me han hecho pasar...  La Selva, El Escalón, la pared de El Escambellado...  exactamente donde  los dejó guardados la memoria todas las veces anteriores.

El ruido de la grava del parking de Aciera bajo el peso de los neumáticos suena a música celestial... ¡Por fin estamos aquí!


De todo lo demás ya he hablado muchas veces...  Tenemos dos buenos amigos allí, Manuel y Mar, maestros en el asunto de la hospitalidad...  La familia del Sol'Horrín a los que hace ya unos años logramos coger cariño, y varios paisanos a los que nos gusta saludar... el Sr Isidro, Maxi, o los chicos de El Llano... y de momento, y a pesar de ser una comunidad pequeña y cerrada, nadie a quien evitar.

Escalando nos lo tomamos con calma, fuimos de menos a más... disfrutando del placer de repetir vías ya encadenadas y preparando la mente para retos nuevos...  Estos, empezaron a tomar protagonismo a partir del lunes y así logramos saborear algunas de las líneas históricas que han convertido a Quirós en lo que es y a nosotros en sus fan incondicionales:


La Salus (fantástica) L1 6a, L2 V+ y L3 6a...  que se pueden hacer (e hicimos) en un solo largo con cuerda de 80 mts. y que bajo mi criterio estaría mejor graduada si el primer largo estuviera cotado como 6b.

***Subir un descendedor y el pato (por seguridad y porque se pueden enganchar las cuerdas en el rápel) si se escala en una sola tirada de cuerda..

Variante de El Escalón (recomendable) V+ (también con mentalidad asturiana... es decir, duro)  es una variante que acaba en la primera reunión de La Salus.

Ventolín y Variante V+ y 6a respectivamente... Pero con los 2 largos siguientes recientemente reequipados del tirón  (tercer largo: el de la izquierda de todos los posibles,  V+ aéreo).  A mi criterio, mucho más especial la entrada original.

***Del tirón hasta arriba y hasta el suelo con cuerda de 80 mts (de esta manera sacas lo mejor de una línea en la que sólo el primer largo ya merece la pena).   Llevar cintas largas para evitar o minimizar la Z desde la 2ª reunión (aunque es mejor deschaparla una vez chapado la primera del tercer largo)

Escaramujo 6a Otra bonita vía del S. Ventolín... Un largo deportivo con un pequeño desplome a mitad.

Sensación Multicolor 6c ¡Mi primer 6c al Flash!   Tras una salida dura, la vía no da descanso hasta la reunión.  Deportiva pura.  Mar y Manu me radiaban los pasos con precisión milimétrica.


No encadenamos pero igualmente disfrutamos muchísimo escalando junto a Gema los 3 largos de El Escalón (V+, 6b+/6c, V+).  El segundo largo tiene unos pasos de entrada que han pasado del 6b+ al 6c tras romperse un canto.  Pasos duros que hay que trabajar en una futura visita.   Manu reequipó la vía asegurando la posibilidad de salir acerando... Cosa que hicimos.

Tampoco encadené, a pesar de los tres pegues y lo mucho que me gustó la vía, la Placa Torres 6c... Otra que queda pendiente...  Qué pena... ¡Habrá que volver!

Disfruté de la ausencia de estrés siendo izado como un piano en cuatro de los cinco largos de una de las mejores vías de la escuela, El Espolón Mágico, cordada que lideró Manu y que probablemente supere los 120 metros de longitud (casi lo mismo que la Sur del Naranjo)


...Como no todo va a ser escalar y ya iba siendo hora de conocer rincones nuevos... Manu nos recomendó una ruta circular saliendo de Aciera, subiendo a la Collada y bajando hasta Proaza para luego volver por la Senda del Oso hasta Aciera... Decidimos hacerla en nuestro día de descanso... Al finalizar estábamos tan muertos como si nos hubieramos escalado 12 vías.  El GPS registró 18 Kilómetros,  nuestros cerebros una magnífica ruta y nuestras piernas cursaron una nota de protesta...  Que fue atendida acudiendo esa misma tarde a una sesión de cine-relax en Oviedo... ¿Para qué sirve un oso?  fue la elección más apropiada pues gran parte está rodada entre Teverga y Quirós... La película es de esas en la que todo el mundo es bueno y tiene final feliz...   y todo hay que decirlo, nos gustó mucho.

...Y mucho más...  Pepa fue tan libre como nosotros durante 8 días y nos despedimos de nuevo con un "Hasta pronto" decorado con una gran tormenta Asturiana, incómoda y hermosa con igual intensidad.