domingo, 22 de junio de 2014

De lo de volver a encadenar. El Risco de la Foca

He vuelto a encadenar. Será un simple 6a, al quinto pegue y evidentemente con las cintas puestas, pero significa mucho.  12 metros de roca de pura adherencia con el verano recien estrenado no es poca cosa, y menos con el tipo de vía que nos encontramos.  Hablo de esa placa a la izquierda del risco, que contiene 5 vías, todas anónimas salvo "Terapia de Golpes".  

En este bloque todo está perfectamente ordenado, las 5 vías incrementan su dificultad de izquierda a derecha, siendo la de la izquierda del todo, el 6a al que me refiero.

Por dar un par de pinceladas, diré que de esos 12 metros, hay que escalar cada centímetro. Que tiene un paso particularmente duro para abandonar el último seguro y que cuando relaja la dificultad te encuentras con un buen paño de roca sin proteger hasta la reunión.  No es una vía fácil; nunca diría que es un 6a, pero tampoco estoy  lo suficientemente rodado para afirmarlo.

El día no amaneció con este guión, al salir de casa estábamos convencidos de que iríamos al Cancho de los Muertos, nos gustó la visita anterior y queríamos meter un poco más de intensidad a la vía que probamos en el Callejón... Pero una cosa es planificar y otra es la vida.  Tulita se resintió de su pata y nosotros, como los marines, no dejamos a nadie atrás.

Así que revisamos las cartas, estábamos en el Tranco con poco margen de maniobra y habíamos traído el bañador.   -En la Foca daba la sombra, ¿No?

Hubiera jurado por mis muertos que así era, así se lo dicutí a Miki la semana anterior...  Pero no,  En la Foca, al menos en las paredes donde fuimos a escalar, da el sol hasta las cuatro de la tarde y tuvimos mucha suerte de que unas cuantas nubes nos dieran tregua de vez en cuando.

Zule, Gema, las perras y yo lo pasábamos mal a ratos, cuando llego una racha de cielo azul dejamos la cuerda y las cintas en la pared y nos bajámos a dar un baño en las  pozas que mojan el pie del risco.

Nos costó meternos, pero en 15 minutos nos habíamos sacado el calor del cuerpo y en 5 más, volvíamos dale que te pego, a pegarle incrédulos pegues a una vía de 6a en la que patinábamos como si el Coleto nos hubiera recauchutado los gatos con cera.

Cuando ya casi dábamos nuestra inoperancia por válida, saco el paso.  En el siguiente pegue Gema también le ve color... y dos pegues más tarde, cuando ya me había resignado, llegué a la cadena encadenando la sección y la vía.  Un poco de sustancia para que germine la Fé, la Pedricera y la de en uno mismo... que llevaba buscándola un buen rato y no sabía donde la había puesto.

Para cerrar esta historia, Este sábado compartimos Patones además con nuestros amigos Almudena y Antonio. Con el verano llegan las vacaciones y los "hasta prontos" y nosotros solemnizamos el nuestro en el Manolo, como mandan los canónes de nuestro devenir en este rollo.   Un placer y vuelvan ustedes pronto y con las pilas cargadas.



jueves, 12 de junio de 2014

Lo más difícil de andar, es dar el primer paso.

Joder, después de tanta inconstancia, volver a escribir en Bitácora Vertical, es casi más complicado que escalar una vía de adherencia en agosto,  pero aquí estamos, como el Guadiana, apareciendo y desapareciendo, sin saber que nos vamos a encontrar a la vuelta de la esquina.

Una catarata en un ojo me ha hecho parar un mes.  Parar un mes en esto de la escalada, cuando no habíamos terminado de coger la forma,  es casi volver a empezar... y volver a empezar, lo confieso, cada vez me resulta más difícil... Una cantinela conocida para muchos, supongo.

Si no fuera porque en esta actividad, en esta forma de organizarme la vida, en este deporte o como queramos llamarlo, he "encadenado" los momentos y las experiencias más apasionantes e inolvidables de mi vida, hace tiempo que hubiera tirado por otros derroteros.   Pero aquí sigo, en post de sensaciones que quiero volver a convertir en rutina, en costumbres tan agradables, que merece la pena no convertirlas sólo en recuerdos.

La vida sigue, aprobé una opo de perfil bajo y solucioné las necesidades económicas básicas.  Como no podía comprar un piso, o porque en realidad me apetecía más, compré un localito, un taller de ideas o  un laboratorio de sueños, que a cualquiera de los conceptos atiende bien.    El garaje de los americanos vaya, sólo que a tres kilómetros de casa.

En él paso mogollón de horas, horas que antes dedicaba a correr, a montar en bici o a entrenar en el Roco... tantas horas que he tenido que ponerme límites: los fines de semana son para escalar o en su defecto salir al monte, hoy jueves he desempolvado la bici tras 6 meses de abandono y quizás, mañana viernes, vayamos la familia a escalar.

Lograr un equilibrio en el que uno se sienta bien con lo que hace y haga sentir cómodos a los que más quiere, es complicadísimo, pero es también un buen proyecto al que meterle pegues.   Tener éxito en el, quizás sea lo mismo que triunfar en la vida. 

Quiero presentar aquí también a Lukas, nuestro "nuevo" coche.   De momento no hace lo principal, que es andar, pero está deseando hacerlo.   Estoy deseando re-estrenarlo con Gema y Pepa y su radio "oldie total".   En la vida, también hay que tener un par de puntos frikis.  O dicho de otro modo, en todo lo que nos podamos permitir no madurar, creo que es mejor no hacerlo.

Lukas