domingo, 3 de agosto de 2014

Quirós + Picos Versión 2014.

...El otro día, en el programa de la 2 "La Noche Temática", Hugh Hefner, fundador de Playboy, se refería a la estructura estable de su revista como un valor añadido para sus lectores, que son capaces de acceder a las distintas secciones con la misma familiaridad con que lo harían a las estancias de su propia casa.

Si cada año transcurrido en Bitácora Vertical, fuese un número de una revista editada por Hugh Hefner, siempre habría una sección dedicada a Quirós.  La recurrencia será cansina para algunos,  pero otros, quizás acaben de convencerse de conducir sus pasos hasta allí, y entonces puede que, si surge la chispa y hay suerte, tras una buena tarde escalando metidos en una postal, acaben corriendo cuesta abajo destino a Aciera para asistir, cobijados en la terraza del Sol' Horrin, al espectáculo de la lluvia en Asturias, agarrados a una merecida cerveza y un buen bocata de cecina de León.  Para entonces quizás ya hayan sucumbido al hechizo de Quirós.

En este Valle tengo todo lo que necesito para ser feliz.

Yo ya hace años que descubrí el paraíso;  me llevó allí Jonás Cruces cuando aun no timoneaba su empresa "Todo Vertical"  y, solo por eso, le estaré agradecido siempre.  Yo también he llevado allí a otra gente, a amigos, a mi queridísima María y desde hace años ya no es sólo mi lugar sino también el lugar de Gema y Pepa, mi familia elegida.

Con los años me he vuelto más precavido en las relaciones humanas y más egoísta.  No quiero que nada cambie allí, ya no quiero que nadie más comparta el hechizo, si no va nadie... mejor... Pero todo el mundo sabe que es imposible callarse las grandes pasiones y eso es lo que siento cada vez que aparco en las Agüeras y contemplo el Hórreo que recorta el Pico Mayor y las montañas que sustentan las paredes de escalada  ¿Cómo mantener el pico cerrado?
 
A veces amenazaba lluvia y había que guarecerse bajo el hórreo de Las Agüeras
Hasta la especie humana, qué solo parece funcionar al compás de una especie de grito royo ¡Atila somos todos! Aquí parece haber sabido enhebrarse bien con el territorio y lograr una duradera tregua basada en el aprovechamiento y no esquilmamiento del entorno.   Incluso su gran modificación, el embalse de Valdemurio, queda encajado con perfección artística en el fondo del valle y no merece reproche alguno.
Todo el mundo se encuentra aquí agustito.
Nací en Madrid, cuando era adolescente envidié a todos aquellos que tenían un pueblo al que escaparse con sus familias en verano...  Al igual que Gema y Pepa son mi familia y nos hemos escogido los unos a los otros (bueno a Pepa la eligió Gema que también fue la que me eligió a mí) a Quirós y concretamente al entorno a Valdemurio lo hemos elegido nosotros como nuestro pueblo y, no me irá nada bien la vida, si al menos una vez al año no dejo caer mis huesos por allí.

Las vías:

-El Escalón: tres largos, V+/6b+/V, el primer y tercer largos ya los había encadenado en 2011. El segundo, reequipado por nuestro amigo Manuel había quedado pendiente hasta hoy.   La vía tiene ambiente de principio a fin.  Creo que una vez la hice de un tirón hasta la tercera reunión con una cuerda de 80 metros... (y luego la rapelé hasta el suelo en dos tramos) Pero la memoria es frágil y esta información debe considerarse con todas las reservas. En todo caso, en esta ocasión ensamblé los dos primeros y rapelé desde esta reunión a la primera.

El 2ª largo, el duro, tiene los seguros bien puestos y se pueden acerar si fuera necesario ¡Cuanto te debemos Manuel!

-La Placa Torres, 6c.  Esta gran vía me dejó un sabor agridulce, al tercer pegue con buenos alargues en los pasos clave, la hice sin parar hasta la reunión. En el pegue definitivo cosí un alargue de dos cintas en una de las últimas chapas, pasado ya lo más duro.   La considero encadenada, pero con mala ética y se que la repetiré para limpiar mi conciencia.

La Corner, a día de hoy, inalcanzable.


-La Corner, 7a: preciosa y fuera de mi alcance.  Es en realidad un 2º largo de algunas de las vías de la placa inferior.  Al menos le pude poner las cintas escalándola desde abajo. O dicho de otro modo, los pasos duros se pueden acerar y la vía se puede montar desde abajo si tienes la altura suficiente.


Ampliando el conocimiento del terreno:


El año pasado dejamos "interruptus" nuestro intento de ascensión al Picu Mayor, y las cuentas pendientes en estos temas las llevamos fatal. Así qué, espoleados también por nuestra inminente incursión en Picos, quisimos probar nuestras piernas ascendiendo a esta impresionante cima que preside Valdemurio.
Nuestra idea esta vez, era intentarlo saliendo como el año pasado, desde Villaorille, pero esta vez rodeando la sierra dirección a Toriezo y regresando a las Agüeras por el otro lado de la sierra, por terreno ya conocido.
Gema posa ante el Picu Mayor o Gorrión

Logramos el objetivo principal, la cumbre del Gorrión (nombre por el que es conocido esta montaña por los no-locales).  La cumbre nos supo especialmente bien porque a pesar de su fácil acceso, es muy aérea y las vistas espectaculares... Lamentáblemente me dejé la cámara y sólo los móviles registraron nuestro paso para la posteridad..

No teníamos claro como enlazar con la ruta que dejamos el año pasado en la Braña de Quintaneiro así que como él día amenazaba lluvia y estábamos más que satisfechos, volvimos a Villaorille retrocediendo sobre nuestros pasos.   En la cima, el altímetro marcó una diferencia con nuestro campo base cercana a los 1000 metros de desnivel.

Picos de Europa:

Quirós es nuestro pueblo de adopción, pero puestos a ampliar horizontes, también hemos adoptado una cordillera, probablemente, la más bonita de España,  la de Picos de Europa

Picos sería otra de las secciones fijas de esta revista de confección anual.

"El Sota", nuestro amigo de las Colladinas de Collado Jermoso, nos esperaba en Poncebos acompañado de su amigo Luís, al que no habíamos visto hasta entonces, y a quien esperamos volver a ver muchas veces.

Sota nos había preparado una ruta dura y llamativa: Partir  de Poncebos, hacer el Cares y, poco antes de llegar a  Caín, subir hasta el refugio de Vega Ario por la Canal de la Trea, comer y bajar por la Canal de Culiembro.

Nosotros teníamos serias dudas de nuestras aptitudes para la ruta, básicamente porque este año en lo relativo a andar, no hemos hecho ni el huevo, y por otro lado, porque la Trea arrastra una fama de dura, que excede de sus 1.200 metros de desnivel

De camino a Caín yo no lo veía claro, hacía algo de frío y mis sensaciones no eran nada buenas.  Durante una hora pareció que la gran ruta proyectada se iba a limitar a completar el Cares, pero al salir el sol mi cuerpo se entonó y mis expectativas cambiaron.   En cuanto al resto del pelotón, decir que cuando Gema pilla un ritmo no lo suelta y que el Sota y Luís eran motos que fingían ser bicicletas para no romper el grupo durante la ascensión.

Luís, Gema, Sota y Pepa junto al poste que indica el devío a la Trea

Fuente del Peyu, único punto con agua dentro de la Canal de la Trea
La Canal de la Trea es dura por el desnivel que salva pero no es ni aérea ni exige nada que una persona con una buena condición física no tenga.  En resumidas cuentas se trata de coger un ritmo y de parar lo imprescindible...  Así, al tran trán,  llegamos los 5 hasta Ario, donde a Pepa se le quitó el cansancio en cuanto vió la primera gallina suicida camino de su hocico. Tuvimos que atarla en corto.
En la ascensión desde la Ruta del Cares hasta la parte más alta de la Canal habremos ganado 1200 metros.



Después de un par de horas, el extremo superior de la canal está al alcance de la mano

Por fin, estamos arriba.  Nos queda un paseito hasta Vega Ario.


Luís y Sota son dos tíos de puta madre sin su ilusión ni lo hubiéramos intentado


Cerca de Ario, una expedición de espeleólogos habían instalado su centro de operaciones. Desde aquí ya olemos la cerveza del Refugio.

Por ahí debíamos andar cuando nos rescató el helicoptero hará unos añitos.
  No pisábamos esta Vega desde nuestra entrada triunfal en helicóptero hará unos años. Ignacio, el guarda, aun se acordaba y nos pudimos echar unas risas a cuenta de la anécdota, si bien aunque somos capaces de reírnos hasta de nuestra sombra, a Gema y a mí, esta aventura aun nos saca los colores.
Cumpliendo con los protocolos hídricos y alimenticios de rigor.

Después de comer gran parte de lo que llevábamos, tomarnos la merecida ronda de cervezas, y la segunda y necesaria (en nuestro caso) de Coca-Cola para recuperar los niveles de azúcar,  nos pusimos en marcha con dudas sobre si daríamos con la Canal de Culiembro.  

Un poco más a la izquierda de donde señala Sota, empiezan los hitos que nos bajarán a Culiembro.
Aunque la labor de guiado la teníamos totalmente delegada en Sota y Luís, sus dudas nos despertaban cierto cosquilleo de estómago y nos mantenían con la tensión de las grandes aventuras en Picos.   En este caso íbamos justos de fuerzas, y por dentro deseé que todo fuera bien y que no hubiera que dar vueltas por esos collados de Dios.


Tras algunos momentos de duda, El Sota hizo valer los galones y abandonamos la ruta hitada para tierar en línea recta hasta las casas y construcciones que conforman los Invernales de Ostón, donde está  ubicado el poste que indica el principio de la Canal de Culiembro.
 
Hubo un momento de duda y Sota apostó por tirar hacia el grupo de casas, que constituyen Los Invernales de Ostón.  Creo que en el proceso me aposté una cerveza.  Este es el momento en el que poste borra las dudas sobre el camino a seguir y sobre quien paga las cervezas.
 
El descenso por la Canal de Culiembro es sencillo y se puede hacer a buen ritmo

Canal de Culiembro.


Ruta del Cares
Dado lo marcado de la senda y el desnivel relativamente suave (comparado con La Trea), me vengo arriba y bajo al trote seguido de la sufrida Pepa que me disputa la primera plaza hasta el cruce con la ruta de El Cares.   Esta frivoleté, me la puedo permitir porque Sota y Luís escoltan a Gema hasta que nos volvemos a reunir todos para reemprender la marcha juntos de vuelta a Poncebos.





Sota marca un ritmo tan endiablado que solo podemos chupar rueda... Poco a poco, como ciclistas en La Vuelta a España, nos vamos descolgando y buscamos nuestro propio ritmo...pero nunca nos perdemos de vista.  

Cuando llegamos al bar, comprobamos que hemos estado más de 10 horas de actividad.   Estiramos un poco y procedemos a hacer los honores a  un merecido tercer tiempo.  Pepa está derrengada, pero estamos seguros de que se lo ha pasado a lo grande.   Todos hemos tenido mucha suerte de que el sol no llegara en ningún momento a apretar con fuerza.

Finalmente nos despedimos en el aparcamiento del funicular, las despedidas son tristes, pero esto es solo un hasta luego, supongo que hemos iniciado una tradición que repetiremos muchas veces, Sota arroja el guante: "La próxima la Canal del Vidrio"... ¿Quién sabe?

Tras el palizón sopesamos varias alternativas, incluso la de volver ya a Madrid. Hacemos bien en descartarla. De regreso a Quirós lucho contra el cansancio para no despistarme en la carretera.  El trayecto se me hace larguísimo.

El domingo,  a nuestro ritmo, iniciaremos el retorno a Madrid y a nuestras obligaciones habituales. El año que viene volveremos, probablemente duplicando el número de días y con un guión abierto y parecido...   Como la estructura estable de la revista de Hefner.
Rota de contenta