miércoles, 27 de mayo de 2015

La lesión

Tenía que llegar, pero no se la esperaba... El miedo a volar había retrocedido, las vías iban cayendo cada vez más facilmente y los movimientos sobre la roca los sentía cada vez más fluidos, poco a poco, había convertido al 6c en el grado más habitual de las nuevas vías que añadía a mi libreta y, tras un buen fin de semana en Valeria, dejé un 7a a tiro... Volvimos a Madrid convencidos de estar en condiciones de dar un paso más que me acercara a la frontera de lo apenas conocido, pero no pudo ser.

El jueves al salir del curro para disfrutar ya de un largo fin de semana por la festividad de San Isidro, empecé a sentirme mal, y ya no hubo manera de  remontar, fiebre el jueves, el viernes y el sábado. El domingo cuando parecía que lo peor había pasado nos acercamos a Patones con la ilusión de no dar un paso atrás, cayó un 6c pero  en el pegue previo me lesioné el hombro.  El largo fin de semana, se me estaba haciendo realmente largo.

 Al llegar a casa, volvió la fiebre que se acantonó 24 horas más. El martes ya solo quedaban décimas y, aunque parezca mentira, necesitaba salir de casa e ir a trabajar...  Debía de estar muy malito.

Gema, en su inmensa sabiduría, me refrescó la memoria diciéndome algo así, como "Chico, cada vez que te acercas al 7a, te pones fatal"

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