martes, 14 de enero de 2014

...Los días malos...

...Pues sí, en la escalada, como en cualquier otro ámbito de la vida, no todo es coser y cantar.  También hay días malos, días imprevistos en los que nada sale como debiera, en los que no todo es divertido, y en los que cuesta entender porque se tuercen las cosas.

Estos días, excepcionales claro está,  a veces avisan con, por ejemplo, un inesperado mal humor al levantarse o, simplemente eso que no está muy claro, pero que definimos como  "tener mal cuerpo".

Otras veces, sin embargo, no hay síntomas previos que nos hagan subir la guardia o que nos hagan "verlas venir".   Te levantas animado, te ves fuerte en una aproximación larga y llegas con ganas, dispuesto a vivir las experiencias que llevas imaginando durante la semana laboral... Pero entonces la  vía de calentamiento que has hecho millones de veces y a la que nunca has dado valor, se pone rebelde y te dice, como si te guardase rencor "Tu proyecto del día, soy yo"

Otras veces es tu chica, con la que te entiendes a las mil maravillas, la persona a la que más quieres en el mundo, con la que todo fluye, a la que de repente pierdes el punto y acabas por desesperar o por ser desesperado... a veces es un amigo cabezón, o el cabezón del amigo de tu amigo... o en los peores días una anárquica combinación de todo lo anterior.  

El protocolo de actuación, pasa por la pronta identificación de que se está en uno de esos días.  Darse cuenta rápidamente, es vital para poder salvar algún mueble de la jornada, de lo contrario caerás en un maremagnum de dimes y diretes en el que se dirán y se oirán cosas que nadie piensa ni quiere decir realmente.

Una vez detectado el día "marrón", hay que encapsularlo para que todo lo anormal que suceda durante sus 24 horas muera con el y no contagie a los días venideros: Si no te mueves en la roca, no hay que frustrarse, mejor tomárselo como un entrenamiento y dar todo en cada pegue, ensayar las caídas, determinados gestos... cualquier cosa que sume y nos aporte recursos para cuando vuelvan las musas...  En el caso del amigo o novia poseída lo mejor es paciencia, evitar conversaciones delicadas o preguntas absurdas...  Lo agradecerás cuando sea a ti a quien le pique el  bicho del día rarito.

2 comentarios:

  1. Muy buen post Alberto, todos hemos vivido días como esos, y más este "glorioso" invierno.
    Me das pie a escribir yo algo sobre esto.

    Saludos

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  2. Hola Antonio... como ves mi regularidad a la hora de seguir mi propio blog está siendo bastante frágil.

    Gracias por leerme... Tu también me das pie a visitar "tu casa".

    Un saludo.

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