martes, 25 de enero de 2011

Variante Cowboy - Tres Coronas

Comienzo esta entrada con el foco claramente definido, aunque sin saber muy bien como abordarlo. Y es que todo viene al caso de que este sábado se me ocurrió probar esta vía del Collado de Tres Coronas en La Pedriza y la experiencia me ha generado un sinfín de sensaciones contradictorias de las que no consigo sacar una única conclusión.

Reconozco que no era la primera vez que semejante idea se me pasaba por la cabeza y es que el 7 de marzo de 2008 ya sudé allí tinta china asegurado por Nell.

En aquella ocasión, sufrí lo justo, pues al no ver más chapas ni terreno fácil, aproveché un maillón abandonado en el último seguro para desentenderme de la empresa... Bueno de la empresa y de dos expreses que había dejado en la reunión común con "El caos sensible" y "La lista de Schindler"... que fueron donadas a la causa de otro escalador.

Tres Coronas es un sector grandioso, con vías generalmente bien equipadas que lo hace ser cada vez más visitado, complicando consecuentemente, el encontrar vías de grado asequible sobre las que calentar. Este motivo nos llevo a su zona derecha, algo menos accesible, donde encontramos hueco y espacio vital para los siete que "conformábamos la expedición"

La "Variante Cowboy" estaba ocupada al llegar. Un chaval tragaba quina tratando de averiguar por donde diablos tirar mientras el último seguro (un espit, por aquello de dar más emoción) le quedaba cada vez más lejos.

Ocupado en nuestros propios asuntos, le perdimos pronto de vista hasta que más tarde el padre nos contaba que no había más seguros y que se había tenido que dar los últimos 20 metros de la vía "a pelo".

Javi y Susana habían tirado ya para la zona inferior, a "El Moli", Santi y Antonio aún les quedaba una vía por hacer y Gema ya había dado por concluidos sus pegues... Yo sentía curiosidad por saber si sería capaz de superar la zona desde donde me descolgué en el 2008 y decidí probar.

Al fin y al cabo estamos hablando de una vía de 6a, un grado que escalo sobradamente a vista y sobre la que la guía de Luís Santamaría dice textualmente que "Una vez pasada la seta, los seguros alejan mucho, aunque casi se va andando"

De dicha sentencia, se extraen dos conclusiones: Que aunque no la hayamos visto, hay más chapas después de la seta y, que el terreno es ya muy fácil... ¿O no?

Para más inri, la guía de Barrabés que no entra en tantos detalles, describe el riesgo como M1+, es decir, un buen vuelo sin consecuencias graves a priori.

Tanta literatura me tenía picado, así que dispuesto a "llevarme algo pa' casa" me decidí a darla otro pegue.

Hasta la seta más o menos bien. Los seguros (recios Parabolt inoxidables) alejan lo suyo, pero hay buen canto y una caída no es previsible, así que en menos que canta un gallo me sitúo encima de la seta asegurado esta vez a un espit verde. En el mismo punto que la otra vez.

Escruto el terreno: vertical, sin canto, pura placa. Los primeros metros no creo que bajen de 6a... ...andando, andando... desde luego no se va. Luego, parece que suaviza un poco, pero si se te va un pie coges un billete de primera en el "AVE al Otro Barrio". Superada esta zona llegas a una repisa en la que ya sí, vas andando hacia la izquierda hasta la reunión.

Quiero hacer la vía y ese deseo es más fuerte que el latido desbocado de mi corazón y mi sentido común. Así que respiro y abandono poco a poco la zona protegida con el espit. Cuando éste queda atrás estoy totalmente acojonado. Respiro, intento no dejar que el miedo tome el control y sigo avanzando.

Llego a la zona en la que la dificultad empieza a aflojar un poco, me doy cuenta que ya no hay retorno posible y que ningún seguro parará una eventual caída. Estoy luchando una lucha contra mi mismo en la que todos mis esfuerzos se centran en no ponerme a temblar más allá de lo que lo estoy haciendo ahora mismo.

¡Moli, ven aquí y anímame, que lo estoy pasando fatal!

Es todo lo que se me ocurre, pero "El Moli", al igual que Javi, tiene una presencia que da buen rollo y una voz tranquilizadora, y yo lo que necesito ahora es un chute de calma.

Algo me dice que no escucho pero que es suficiente para arrancar. Doy un paso y noto como el pie izquierdo se me escapa de la balma donde lo había apoyado, el resto de mis extremidades ni se inmutan. Me quedo quieto un segundo y pienso en que es mejor no pensarlo. Que si lo pienso, el pequeño temblor que me invade todo el cuerpo se convertiría en algo descontrolado que me hará caer.

Doy un par de pasos y llego a la zona fácil, casi está hecho. Avanzo casi andando en travesía a la izquierda. En mi camino paso la cuerda por alguna seta de roca (por si acaso) y acabo chapando la reunión.

Cuando llego al suelo necesito unos segundos para ponerme de pie. Gema me dice algo y el Moli también, pero sigo sin escuchar nada.

Me quito los gatos y tampoco pienso mucho. Aun me tiembla algo el pulso. Bebo agua y dejo pasar unos minutos. Aun me queda desmontar la vía y al ser una travesía tan acusada sin seguros no se puede decir que esté todo hecho.

De repente lo tengo claro. Escalo hasta el espit al top rope, dejo un maillón, paso mi cuerda por él y así Gema me descuelga hasta el suelo evitando el péndulo.

Presiento que este espit verde, puede ser el seguro donde más maillones se han abandonado de toda La Pedriza.

Toca reflexionar ¿Merece la pena exponerse así? ¿Los autores de las dos últimas guías de La Pedriza han escalado realmente esta vía? ¿Han robado algún seguro intermedio?

...Yo tengo claras algunas cosas. Nunca volveré a escalar la "Variante cowboy". También que mi ego está orgulloso de haberla encadenado y que eso no es algo precisamente bueno. Tampoco creo que me vuelva a meter en una cosa así conscientemente. En el Naranjo pasé mucho miedo, los friends alejaban mucho y nunca sabes lo que puede pasar en caso de caída, sin embargo había canto y aun cayendo tenía alguna posibilidad de que la cosa quedara sólo en un susto. Aquí no.

Advertir un grado de exposición de M3 en la guía de Luján y no recogerla en la de Santamaría (que es exclusiva de escalada deportiva) podría haber ayudado. En la esfera personal creo que a pesar de tanta contradicción he aprendido algo. Pero sigo sin saber exactamente qué.

2 comentarios:

  1. Efectivamente, pese al frío, echamos un día estupendo de escalada el pasado sábado.

    Respecto a la cowboy, yo lo tengo bastante claro: no merece la pena meterse en esos fregaos. Aunque parte del encanto de la escalada es el superar ese miedo ancestral a caer al vacío que todos tenemos, no es cuestión de jugarse la vida inconscientemente. El riesgo tiene que estar controlado, y en la Variante Cowboy no lo está.

    Un abrazo, y a ver cuando repetimos.

    ResponderEliminar
  2. Hola Santi... perdona por tardar tanto en contestar. Muchas gracias por dejar tu comentario. Gema y yo lo pasamos ese día especialmente bien... aunque el mejor largo... el de la Jara, sin duda.

    Lo de repetir... cuando queráis. Este fin de semana probablemente repitamos un día Tres Coronas y otro vayamos al Risco de las Bellotas ¿Os animais?

    ResponderEliminar

Gracias por participar en Bitácora Vertical.