martes, 6 de abril de 2010

Viaje a Leyva - Parte I - Los preparativos.

Si trato de recordar la última vez que pude disfrutar de vacaciones durante la Semana Santa, me remontaría a épocas tan lejanas en las que yo y mis circunstancias eramos tan diferentes que si no se tratasen de mis propios recuerdos, pondría en duda que ese era yo y que aquello era lo que hacía.

Esta vez, una serie de afortunados golpes de azar, nos ponían a Gema y a mí en disposición de disfrutar de 9 días consecutivos de libertad y de sólo 24 horas para planificarlos.

Un acontecimiento así, además de una buena noticia, también es una tremenda fuente de estrés ¿Dónde vamos? ¿Qué llevamos? ¿Cuándo salimos?

En nuestras fantasías de unos días de descanso, Quirós siempre aparecía como el destino soñado, pero dos voces, una la de Alex en mi cabeza, soltándome aquello de "Bicho, es pronto para ir al Norte, no seas cabezón y mueve el timón para el Levante o el Sur de España" y, la del locutor del Cpoanal 24 horas que insistía en que la única zona de tiempo dudoso era la del Cantábrico nos hicieron poner los pies en la tierra y sopesar destinos más al Sur.

El viernes después de comer nos pusimos a empaquetar cosas sin saber aún nuestro destino... Poco a poco, el suelo del salón se iba llenando de una intendencia que parecía "cuatro pueblos excesiva"... Pero Gema y yo somos así... Botas por si llueve y hacemos un treking, tienda de campaña por si acabamos en un camping, dos pares de zapatillas para estar cómodos, las de andar por casa, las de la ducha... y muchos etcéteras más. Comparados con cualquier otra cordada somos sumamente exagerados... pero hasta ahora las cosas nos han cabido y, a veces, hasta las hemos necesitado.

Dejamos para lo último la comida y su menaje... Una rápida visita al Mercadona a última hora (somos "Mercadonianos") y dejamos el avituallamiento listo.

Cuando lo tuvimos todo preparado era tarde y estábamos molidos, así que pospusimos la salida para el sábado por la mañana.

Viendo la tele después de cenar "la chica del tiempo" anunciaba meteorología estable en Murcia y las cosas empezaban a estar claras.

Llamamos al camping de Sierra Espuña, en El Berro, y salimos de dudas sobre dos cosas: no nos íbamos a alojar allí por el tema perro (nos parecía un sufrimiento innecesario tener a Pepa atada todo el día) y por otro, tenían servicio de duchas y disponían de una tarifa para su uso por gente no alojada.

El sábado, muy tranquilamente nos despertamos y con mucha calma fuimos poniéndonos en movimiento hasta que 4 horas más tarde nos vimos con la furgoneta cargada y nosotros dentro camino del Sur.

2 comentarios:

  1. JOOOOOOOO,pues hemos estado cerca, si lo se habíamos ido por allí. Buen tiempo,no???????. BSS a los 3.

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  2. ¡Así que anduvísteis por Calblanque! El tema de vuestro paradero salió durante una conversación con Gema... Si no os llamamos en ese momento fue porque en la zona no hay cobertura. Otra vez lo organizamos mejor para asegurarnos vuestra visita.
    De momento este finde nos vemos en La Pedri ¿no?

    Besos.

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