domingo, 13 de septiembre de 2009

PICOS DE EUROPA - LOS ANTIHÉROES

Mis recientes vacaciones en Picos de Europa han dado mucho de sí. Ante todo, se puede decir, que se han cumplido los objetivos generales de cualquier tipo de descanso laboral: inmejorable convivencia, anécdotas para no olvidar en un par de reencarnaciones, amigos que nos han tratado de lujo y poco coste que repercutir a la maltrecha cuenta corriente.

Estando en un período "raro" en cuanto a la motivación vertical, una de las líneas rojas que fueron definiendo el viaje en su concepción, fue que por una vez, la escalada deportiva no sería ni parte ni fin de las vacaciones... A mí me apetecía patear, a Gema también, pero a Gema además, le apetecía asomarse al balcón de la cima del Naranjo y encontrarse allí con la Virgen de las Nieves.

Con esas premisas, cada uno por su lado, fue esparciendo por el suelo del salón, la intendencia que previsiblemente podía ser necesaria para nuestros propósitos. En un rincón, saliendo del ostracismo, se encontraban mi juego de friends y de fisureros, mis dos cuerdas de 9, los mosquetones de pera, los anillos de cintas cosidas, el pato... parecían alegrarse de ver la luz después de tanto tiempo de inactividad.

El resto del suelo... absolutamente petado de cosas ¿y qué nos llevamos? -de meterlo todo hubiéramos necesitado un camión de mudanzas y un buen equipo de sherpas... Después de darle vueltas y más vueltas decidimos que el límite lo supondrían una bolsa de mano cada uno y nuestras mochilas, una Quechua de 60 litros Gema y una flamante Deuter aircontact pro de 70+15 litros yo.

El siguiente reto fue que meter en las mochilas... Hacía tantos años que no hacíamos trekking de varios días... y más en un entorno de alta montaña como el de Picos, que nos vimos obligados a pedir consejo...colegas escaladores deportivos tengo varios, pero montañeros, montañeros... pocos. De pronto me acordé de Fer, y le dí un toque. Pocas veces una conversación ha sido tan productiva. De ella aprendí que lo ideal es no llevar más de un 15% del peso corporal como carga en la mochila... que si llevaba tienda de campaña me llevara mi saco más ligero y el más caliente si nuestro plan era vivaquear, que mejor botas que zapatillas de trekking... Cosas elementales... pero que no se nos habrían ocurrido.

Finalmente conseguimos meter todo en "La Bestia" y un sábado cualquiera del mes de septiembre pusimos rumbo a Puente Poncebos.

Los planes iban viniendo solos... primero decidimos darle la vuelta al asunto y subir al Naranjo los primeros días, que era cuando estaba asegurado el buen tiempo. Luego, decidimos que no subíriamos por Pandébano, que haríamos la ruta antigua, la que hicieron el Cainejo y el marqués de Pidal por la Canal de Balcosín y la majada de Camburero y, con estos planes en la cabeza, dormimos en un área recreativa de las muchas que hay por Asturias, no sin antes preparar la mochila para los días siguientes.

Finalmente subimos la tienda y el saco ligero, 3 litros de agua cada uno, así como dos forros polares, un par de mudas, comida, fruta y barritas energéticas como para una boda... sin olvidar toda la parafernalia que una escalada clásica requiere.

No se lo que pesarían las mochilas, pero de largo, superamos el tope recomendado por Fer... menos mal que la ilusión superaba nuestra falta de entrenamiento.

Pasito a pasito llegamos a Bulnes tras 1 hora de pateada, desde allí comenzaba la auténtica aventura.

La ruta elegida estaba descatalagada como PR por su alta dureza, aun así las rayas blancas y amarillas hacían inconfundible el camino a seguir. Llegamos al Refu sin cruzarnos una sóla persona que hiciera el mismo sendero que nosotros en la dirección ascendente, sí nos encontramos con un grupo bastante numeroso, vascos en su mayoría, que la hacían de bajada. Sus comentarios sobre lo duro que era lo que hacíamos y lo que nos quedaba por hacer nos desalentaba un poco, pero ya no había otra que tirar para lante.

La ruta nos encantó y casi nos mata, en verdad llevábamos mucho peso... y eso que finalmente no habíamos llevado ni camping ni lumigas, ni su menaje correspondiente... pero por más que le dimos vueltas no fuimos capaz de reducirlo más. La llegada al Refu fue como la de los beduinos a un Oasis después de atravesar el desierto.

Después de un rato, montamos la tienda (que hacía 12 años que no sacaba de su bolsa) y nos encontramos una bonita colonia de moho campando a sus anchas... -Qué asco!!! - dejamos aquello ventilando y nos dispusimos a cenar lo que los del Refu tuvieron a bien dejarnos, una ración de jamón, cabrales y lomo que nos supo a gloria pero que nos dejo la boca seca como la mojama. (to be continued)

4 comentarios:

  1. He disfrutado mucho con esta entrada, me trae muy buenos recuerdos....Espero con ansia la continuación, esta vez con fotosss??

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  2. Qué leen mis ojos, "Naranjeando" tú?

    Atento quedo a la siguiente entrega ;)

    Salu2

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  3. ¿12 años sin abrir la tienda? Juas, juas.
    Parece que pese a las penurias lo pasasteis bien.
    Slds

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  4. Fer, 12 años esta tienda, que es una ligera North Star(3,5Kg) que compré con la idea de poderla llevar en la bici (en aquellos tiempos de biker) y de la que ya ni me acordaba ;-). Tengo 2 tiendas más, otra iglú de 4,2 Kg 4 estaciones y una Quechua t4 para camping que ha sido mi última adquisición. ...Como no tengo casa, tengo estos 3 chalets móviles...

    Vlady, Naranjeando, pasándolo fatal y al mismo tiempo fenómenal... y espero mantenerte enganchado hasta el final... para que te eches unas risas con lo que le puede pasar a unos "deportivos" sin experiencia alguna en montaña.

    Anónima, tú mejor que nadie sabes que salvo que escanees las fotos que hiciste con tu cámara de última generación esté blog seguirá sin fotos por una larga temporada ¿Recuerdos? Un trozo de EXPERIENCIA VITAL (así, con mayúsculas) que hemos tenido la suerte de construir juntos.

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