lunes, 10 de marzo de 2008

Memoria histórica vertical

El próximo finde vamos a Patones ¿vale? - Vale. Es que quiero probar la "Velocidad" y hay muchos quintos para las chicas. Vale, pero míralo bien que los quintos del sector Cielo líquido están súper lavados y de quinto tienen más bien poco. -Sí, no hay problema. -Vale, entonces yo aprovecho para meterle unos pegues a "Derecho al Techo" en el sector Luna, justo al lado y ya caliento allí con Gema, que también tiene vías fáciles y no están tan lavadas. Sí se da bien luego vamos al Cielo Líquido a hacer la Angie y si no, ha estar con vosotros haciendo lo que sea. -Ok. ¿A qué hora? -A las once, que en Patones no hay porqué madrugar tanto y así me doy una vuelta in the night. -Vale pues nos vemos el sábado. -Hasta el sábado.

Finalmente acabamos en dos puntos distintos de patones a distinta hora... : ))).

Yo tenía ganas de apretar, llevaba unas semanas flojeras y ya tenía ganas de enfrentarme a cosas serias en caliza. Para Gema monté un tope rope a "Vela Verde" y mientras la escalábamos pasamos de estar completamente solos en el sector a parecer aquello un Pub a las 2 de la mañana. Tanto se atestó que en vez de hacer más vías de quinto, repetimos Vela Verde una vez más. Como siempre en este grado, Gema la escala sin apreturas y yo me limito a estar preparado por si hay un resbalón o pide descansar, su segundo pegue es simplemente perfecto.

Los de dos vías a la izquierda usan, para sortear una canto suelto de su vía, dos seguros de "Derecho al techo", ocupando dos vías por el precio de una. Uno de los vecinos del 2x1 se sienta tranquilamente en la esterilla de mi cuerda a quitarse los gatos y pone su sucio culo sobre mi Roca Free... Empiezo a tensarme, a echar fuego por los ojos y humo por las orejas. Gema ya está rapelando y voy a contar hasta 20. Si abro la boca voy a hablar sin filtros, vamos a tener problemas y hemos venido a pasarlo bien. Al poco se levanta y respiro un poco.

Llegan Jorge y Estanis, se me hace raro ver a Estanis en Patones con todo el mogollón, pero me alegro de volver a verle. Jorge cada vez tiene mejor cara, se le ve bien de lo suyo, aunque ahora tiene una "epitrocleitis" y está mosqueado porque no sabe si podrá competir el miércoles en La Liga. De momento ha decidido no escalar hoy de primero para reservar fuerzas.

Finalmente paso de los de al lado que son la tana de gente y no dejan su 2x1 libre ni pa' tras, les digo que voy a escalar "Derecho al techo" y que voy a chapar mis cintas a las suyas de los parabolt okupados. La verdad, es que tampoco me ponen ninguna pega.

Le doy dos pegues, en el desplome no tengo ni idea de lo que hacer y palmo. Estudio el paso una y otra vez y ni idea. Como soy alto me levanto lo justo y chapo la siguiente, paso la cuerda y acero el paso, pero ni idea de como va, estoy totalmente perdido. Solo queda hacer una dominada, subirse a una pequeña repisa/laja y tirar lo que queda hasta el descuelgue. Solo queda eso y tengo que reposar dos veces más. Me queda mal sabor de boca, no por no encadenar, sino por no tener ni idea de como resolver la sección.

Estanis me da una clase gratis, la da un pegue, saca la sección y la repite para hacerme un FLASHEO así, con mayúsculas. Gracias oh... Maestro. La pruebo de nuevo, por fin mis vecinos del 2x1 han desaparecido y voy más tranquilo, llego al techo y hago los pasos que me dice Estanis en el orden que me dice Estanis. ¡Clavado! ¡salen! Pero peto. Tengo que coger aire y terminar el resto de la vía. No ha estado mal, y ya se como va. Los deberes ya tienen mejor pinta.

El resto del día me dedico ha hacer memoria histórica vertical. Así, le damos caña a la "Catorce de mayo" (6a), esta vía tiene su historia, porque fue de las primeras que hicimos en Patones. Mis colegas de entonces y yo no teníamos ni chapa de de escalar y solo hacíamos esa vía una y otra vez, al principio parando en cada chapa y luego reduciendo las paradas. Así cada día que veníamos a Patones no escalábamos en Patones, escalábamos en la Catorce de Mayo. De esta manera llegó un momento en el que casi la hacíamos con los ojos cerrados. Un mal día me confié y me caí chapando la primera chapa que estaba y está bastante alta. Mi ángel de la guarda se ganó un ascenso y fui botando por distintas repisas hasta caer en el suelo de pie. Solo me reventé el almohadillado de los talones y no pude andar más que de puntillas durante un par de meses, pero podía escalar :))

Finalmente fuimos conociendo a gente que escalaba de verdad y nos sacaron de allí, de nuestro pequeño mundo de 25 metros llamado Catorce de Mayo.

La última bala del día pensé que había sido disparada, pero Jorge es un hombre con sed de roca y quería más. Pensamos hacer un 6a+, no sé cual, pero estaba ocupado y al final hicimos el "Tontódromo". Otro "clásico básico". Mi primer reto y la primera vía complicada en la que tuve la osadía de meterme, en aquellos remotos tiempos. Al final de cada día, a veces después de haber escalado catorce veces la Catorce de Mayo, la metíamos un pegue totalmente acojonados. Esta vía es uno de esos V+ de palo y no hacíamos más que volar. Sobre todo yo. En una de estas, pasaron dos escaladoras macizas por delante de mi asegurador, a la sazón Marce, y directamente paso de mí, que era mucho menos interesante. Yo estaba en el paso más delicado y por el rabillo del ojo le estaba viendo despistarse... bloqueo mental, sudor de manos y pa' bajo, la cuerda tenía tanta comba que con el chicle toqué el suelo de la repisa donde está la higuera... noté como inmediatamente se me hinchaban los tobillos, pero por suerte no pasó nada más. Estos percances marcaron que la fuera cogiendo miedo y cada vez pasara más de ella. Finalmente un día, JM, que llevaba mucho menos tiempo escalando que yo, se la merendó al segundo pegue y mi ego de escalador herido y las ganas de quitármela de encima me hicieron darla el pegue final el fin de semana siguiente con Pedro Pablo como asegurador.

El sábado escalándola me asaltaban todos esos recuerdos y me volvió el miedo, sin embargo el enemigo no me pareció tan fiero y en el segundo pegué la empaqueté para siempre.

Era hora de ir al bar, Gema y Elena ya habían aguantado bastante y yo ya estaba satisfecho por unos días. Intentamos quedar con estos pero se excusaron por temas laborales de Nell. Al final nos juntamos siete en el bar, pero comimos por catorce. Un amigo de Jorge y Estanis que no había hecho más que echarse la siesta tirado al sol se puso las botas igual que los demás, lo cual fue comentado por las chicas por lo bajini.

Satisfechos los cuerpos, Elena, Gema y yo nos fuimos a Lavapiés tal cual estábamos vestidos y con los ojos rojos de cansancio... da igual, además quizás sea ese el único punto de marcha de Madrid en el que nuestro aspecto pasaba totalmente desapercibido, ni siquiera eramos los más raros del bar en el que estábamos.

Cuando llegué a casa eran las dos de la mañana, no se si esto es sano pero desde luego es vida.

2 comentarios:

  1. jajaja...nosotros la vía que siempre hacíamos siempre que ibamos a patones era la "telarañas"...nos la debimos hacer como 500 veces jajajaja...eso si,como es larguita pillamos bastante resistencia!!!

    Un abrazo!

    ResponderEliminar
  2. Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.

    ResponderEliminar

Gracias por participar en Bitácora Vertical.