domingo, 4 de julio de 2021

Carabanchel - Puerto de Navacerrada: 74 kilómetros 1540 metros de desnivel.


Una entrada que no tendrá fotos... (salvo las que tome prestadas por ahí) así que nos retrotraeremos a los inicios de Bitácora Vertical... Cuando eso era algo habitual y escribía por para consolidar recuerdos, por el mero placer de escribir.  

Según dice Strava en lo que llevamos de año, llevo 2.383,3 kilómetros recorridos en bici, repartidos entre la de carretera y la de montaña..

No son muchos kilómetros para  un ciclista "de verdad", pero para mí, que hasta junio del año pasado,  igual llevaba 10 años sin sentarme en un sillín (con la excepción del Camino de Santiago en 2018) es una cifra considerable.

Poco a poco voy recuperando capacidades y aunque de momento la dosis de sufrimiento es bastante mayor que la de disfrute,  salida a salida voy siendo capaz de hacer más cosas, más rápido y con un plazo de recuperación entre esfuerzos, menor.

Hoy he tenido uno de esos días donde, tras una semana caótica y desastrosa en muchos aspectos, se daban las circunstancias para poder salir a montar, con la particularidad nada habitual para mí, de hacerlo en domingo y por la mañana.

El plan era simple, salir con la bici de carretera desde Marqués de Vadillo en Carabanchel y no parar, hasta coronar el Puerto de Navacerrada.  

Según san Google Maps, estamos hablando de 67 kilómetros y un tiempo estimado de 5 horas y 35 minutos.  

Teniendo en cuenta que en mi última salida de carretera tardé a Cantocochino 3 horas, creo que el horario facilitado por Google es muy amplio y que por muy mal que  vaya la cosa, no debería irse de madre muchó más allá de las 4 horas. 

Creo que Google también facilita el desnivel, pero prefiero no saberlo a fin de no venirme abajo.  Voy mentalizado en superar  los 1000 metros.  Me basta con eso.

En cuanto al puerto en si, no me es totalmente desconocido, en mi época universitaria lo subí 3 ó 4 veces con una bici de montaña BH Top Line que superaba los 13 kilos; una de ellas con una considerable resaca de la que aprendí para los restos, que no casan bien las noches de alcohol con las mañanas de ciclismo.

A las 8:45 estoy  en la calle encendiendo el Garmin y acoplándolo al teléfono para que mi chica pueda seguir mi posición a través del Live Track. Me ha costado arrancar hoy, no me he levantado bien de ánimo, pero de las opciones para darle la vuelta a la cabeza, la bici resulta la de mayor potencial.

Empiezo a pedalear tranquilo, la "Gata Negra", mi Orbea Orca de 2018 es un maquinón. No puedo estar más contento con la bici.  El chaval que me la vendió, sacó un buen dinero por ella y yo pagué en el límite de lo razonable. La "era Covid" ha supuesto un terremoto, también en el material de ciclismo.  Al final se trata de si las cosas se usan y se disfrutan... y yo a "La Gata" la uso, la disfruto y la padezco por igual.

Al poco de llegar a la Casa de Campo empiezan a saltarme algunos segmentos en vivo de Strava, no quiero quemar balas, pero al final me veo bien y pruebo suerte con alguno.  

Hay un segmento en concreto que se llama Se llama "Salida de puente a puente (carril río)" y son 3,28 kilómetros de recta casi llana. Es el tramo en el que sales de la Casa de Campo por el anillo ciclista y lo sigues hasta una pasarela que te hace cruzar la A6.  Le tengo ganas, pero teniendo en cuenta lo que tengo por delante, intento hacer el esfuerzo justo para mejorar mi mejor marca personal.  

Doy por hecho que lo he logrado, pero  cuando llego a casa veo que me he quedado a 3 segundos... en el resto de segmentos que realmente me importan, la cosa va mejor y pulverizo mis marcas.

Llegar al puente que te mete en el carril bici de la carretera de Colmenar me supone 20 kilómetros y mis primeros 200 metros de desnivel. Me veo bien, pero no me fio un carajo de mi mismo, puedo explotar en cualquier momento.

En casa he desayunado un café y un sandwich de miel con queso y, para la ruta, he salido con tres barritas y un gel. 

Me obligo a comer cada hora. El gel me lo reservo para la subida al puerto, la barrita de gominola es siempre la primera que me zampo, y el resto, en esta ocasión una Cliff  donde toque. Además de las que preveo necesitar por duracíón estimada de la ruta, siempre llevo u a extra, por si la cosa se alarga y noto el aliento del tío del mazo.

La barrita de gominola, por ser la primera, cae siempre que vengo por este carril, a la altura de la Universidad Autónoma.

Colmenar Viejo siempre se me atraganta, pero hoy llego bien a la zona de la gasolinera y los concesionarios.  A partir de ahí, ya no adelanto a nadie y es a mí al que le van "arrancando las pegatinas". Intento pillar un par de ruedas, pero las tengo que soltar a los pocos metros. Si calculo mal y me vacío ahora, reviento antes de empezar.

A la entrada de Cerceda, paro en la gasolinera para rellenar agua. A estas alturas ya me he bebido la cacharra de 750 cc. y he dado un par de sorbos a la de 600. Paro aquí porque estratégicamente conviene por ser a partir de este punto donde la ruta toma un perfil ascendente constante, y porque el gasolinero es un tío agradable.  Le conozco de una ruta que hice a principios de año hasta Cantocochino en la que di un rodeo hasta Mataelpino para asegurarme alcanzar los 1000 metros de desnivel.  

Mientras paso a su baño a repostar agua, él se ofrece a echar un ojo a la "Gata Negra" no vaya alguien a tener tentaciones indeseables con lo ajeno.

En compensación solemos repostar en esta gasolinera cuando pasamos por la zona... unas horas más tarde al volver del puerto, ya en el "Cascajo",  cumplimos el ritual.

No he parado más de 5 minutos, pero me sienta bien.  Las piernas no las noto fuertes, pero al ritmo al que las llevo, parece que no flaquean.

Desde Cerceda a Navacerrada pueblo hay un par de rampas que conozco y con las que no me llevo demasiado bien, hoy no ha sido para tanto. Al trán trán y sin darme cuenta, estaba en la glorieta en la que en otro momento era habitual tomar el desvío a la Urbanización Vista Real para hacer la ascensión a pie a la cima de la Maliciosa. Esta vez continuo de frente, un poco más y llego a otra glorieta que da acceso a Navacerrada pueblo.

Monumento en glorieta de Navacerrada. Foto tomada de la web  Mapio.net

Al llegar a esta glorieta con un curioso monumento con forma de piedra colgante, doy por comenzada la ascensión del puerto. Desde aquí, 9,2 kms (Google dixit) así que antes de meterme en harina, paro y me tomo mi gel.  Ya no tomaré nada más sólido hasta la cima.

Un poco más adelante, llegamos a otra glorieta, reconocible por estar presidida por el Hotel Arcipreste de Hita, desde aquí nos quedan 8 kilómetros donde el desnivel no va a bajar del 6% y suele mantenerse,  hasta el último kilómetro, constante entre el 7 y el 8%.  No hay descansos.   

En mi cabeza está el intentar no echar pie a tierra en toda la ascensión, es un objetivo humilde, pero potente en mi caso.   Me encuentro en mi peor momento en el peor terreno.  

Marco un ritmo entorno a los 8 o 9 kilómetros hora con casi todo el desarrollo metido pero resistiendome lo que puedo a meter el 32 y reservando el último piñón, el 36, por si me hace falta en la rampa del 10% casi al final del puerto.  

Mi cadencia es inferior a 50 pedaladas por minuto, me adelanta todo quisqui, algunos me dan ánimos y desaparecen rápidamente, otros simplemente me pasan... no me consideran uno de ellos.

A partir del Arcipreste de Hita, hay un cartel que indica a los ciclistas lo que les queda kilómetro a kilómetro y el desnivel medio de ese tramo.   Seguro que el funcionario o el responsable de la concesionaria de la Comunidad de Madrid que decidió ponerlos, es ciclista: pues esa información vale su peso en oro para los distintos objetivos de este deporte. El mío hoy, es resistir.

A unos 2 kilómetros de iniciada la ascensión del puerto, me adelanta Gema con el "Cascajo" nuestro viejo Civic.  Quién nos iba a decir, cuando aceptamos su donación, que le íbamos a sacar tanto rendimiento.  Su reparación y puesta al día nos supusieron 1000 pavos con los que no contábamos, pero visto lo visto, volviendo al uso y el disfrute, bien pagados están.

Cuando restan 5 kilómetros, empiezo a buscar equivalencias en distancia que haga habitualmente andando y que no me supongan un reto mental. En este caso, los 5 kilómetros es como ir andando hasta el Puente de los Franceses. Cuando quedan 4, lo que equiparo con ir y volver hasta el puente con forma de "Y" de Madrid Río. Cuando quedan tres, esa es la distancia que tengo al curro.  A los dos, como ir al taller de bicis MTB Spain. 

Cuando queda el último kilómetro la placa informativa dice que el desnivel medio sube al 10%.  No me pilla de sorpresa, es la zona de los contrafuertes de piedra pegados a la carretera, pero a esas alturas ya tengo el final de la ascensión a la vista y ya no me para nadie.  

En la zona de los contrafuertes engrano el piñón 36, pero no doy ni dos pedaladas con el, pues voy demasiado molinillo, en seguida la pendiente cede un poco y entro en un falso llano. El respiro dura eso, un respiro, porque los últimos 50 metros vuelven a ser al 8%.  

Cuando corono el puerto veo a Gema que me saluda con la mano desde un banco en la puerta del Restaurante Dos Castillas,  le devuelvo el saludo y me paro a esperarla en la zona del aparcamiento.

Restaurante Dos Castillas. Foto tomada de una ruta de wikiloc de Los K2delasKumbres llamada: Puente de la Cantina - Los Cogorros - Puente de la Cantina

Estoy reventado, pero lo he conseguido. Han sido 4 horas exactas y 1540 metros de desnivel positivo acumulado.

Pepa viene a saludarme también... La pobre está bastante pachucha y débil con una diarrea que arrastra desde el viernes.  Tenemos suerte de que su organismo es muy fuerte y confiamos es que en un par de días más esté recuperada.

Poco a poco voy recuperando el resuello y nos vamos poniendo  al día tanto de mi ruta como de las particularidades de la sesión de rodillo que Gema  ha peleado antes de venir a por mi.

Strava dice que he subido el puerto entre los últimos tres de las 50 personas que hoy han grabado esta ascensión en la plataforma. Me parece increíble no ser el farolillo rojo, no me hubiera importado nada.  Más allá de eso estoy muy contento. El objetivo era llegar y lo he hecho. Ahora ya sé que puedo subir un puerto como Navacerrada y desde ahí usar esa información para futuros retos.


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