lunes, 21 de enero de 2019

Nuestro Renault 4 latas - "MIHail" - Presentación.

Gema, Pepa y yo camino
 de la casa de Campo
Me gustan los coches, podría decirse que igual que a mucha gente, pero a diferencia de la mayoría de los que suspiran por ingenios mecánicos a la vanguardia de la tecnología, a mi me gustan los coches a la vanguardia de lo espartano: mecánica pura sin electrónica (o casi) y rebosantes de personalidad estética. Esos que ya no existen, y de entre ellos, especialmente, aquellos que están en lo que mi colega Pachi denomina "paisaje de formación":  Los coches que en los 70, 80 y primeros 90 fueron los amos y señores de las carreteras españolas.

Me refiero a los Land Rover fabricados por Santana, a los Seat 1500 y por supuesto los 600, a los Citroën dos caballos y sobre todo, y especialmente a los Volkswagen escarabajo y a los Renault 4.

De los cuatro latas me gustan todas las versiones, pero pudiendo elegir, me quedo con los fabricados en España, y de entre ellos, por aquello de las prestaciones, con las últimas series,   cuando ya contaban con el motor de 1.100 centímetros cúbicos, alternador y algunas comodidades "lujosas" como los limpia parabrisas eléctricos, los reposacabezas, la luneta térmica y el radiocassete.

Mi chica ya sufrió junto a mí de esta enfermedad en la que recaigo cíclicamente y que me lleva a apurar los últimos momentos de consciencia antes de caer dormido, en rebuscar en las web de segunda mano el cuatro latas adecuado para adoptar. Abro paréntesis, este es el momento de reconocer que no tengo conocimientos mecánicos, ni ningún instinto ni intuición innata para atinar con mis arrebatos cuatrolateros. Sigamos con la historia. Así que, arrastrada por mi locura, Gema se embarcó junto a mí en 2014 en la compra de un viejo R4, ni más ni menos que en Lugo.

No fue esta la primera vez. Poco antes, acompañados por nuestra amiga Zulema, tentado estuve de comprar un cadáver de 4 latas que reposaba en Muñopedro. La cosa acabó en excursión y comida en un chino en Segovia. En resumidas cuentas, un buen día. 

Tampoco guardo un mal recuerdo de un R4 amarillo con franjas negras que creímos tener comprado, esta vez en La Coruña.  Hasta allí fuimos en un viaje de fin de semana acompañados de mis padres y por supuesto Pepa...  El coche estaba bien. Mi padre y yo le dimos una vuelta y no supimos encontrarle ningún defecto, pero... a la hora de pagar, resulta que el coche no estaba a nombre del vendedor.  Saltan las alarmas, es fin de semana, Tráfico y gestorías cerradas y el dueño legal no aparece... Abortamos misión, coitus interruptus. Casi me sale una úlcera. Gema, y mis padres establecen la atmósfera propicia para digerir la experiencia como un viaje familiar, que por otro lado, salió francamente bien salvo por una mala noticia laboral que por casualidad coincidió en el tiempo.

Como iba contando, aquellas idas y venidas acabaron llevándonos de nuevo a Galicia, y finalmente sí, en una aldea de Lugo, la tierra de mi abuelo Román, compramos un 4 latas de color rojo, el que más me gustaba entonces, una unidad del año 1988. Aquel coche, de nombre LUKas no lo hemos llegamos a disfrutar (aún); llegó muy malito mecánicamente y además sufrió la fiebre "Gas Monkey Garage" mezclada con "Joyas Sobre Ruedas" que me llevó, junto a mi colega y vecino  Richar, a desmontarlo casi en su totalidad. De eso hace ya 4 años, y así sigue.  Richar tuvo que emigrar y me quede sólo ante un proyecto que exige  más de dos manos para salir adelante. El resultado es un puzle mecánico esperando una nueva oportunidad.


LUKas con la carrocería separada del chasis
Pasó el tiempo y  me enfoqué en otras cosas, pero los humanos siempre volvemos al lugar del crimen y yo volvía a recaer en la fiebre de mirar coches decrépitos en webs de segundamano. Así, durante meses y más meses, hasta que un día, estando yo con un catarro del copón y la mente un poco confundida, vi un R4 azul por un dinero que me podía permitir, con la ITV pasada y  estado funcional, aunque muy necesitado de cuidados urgentes.  El virus me dio fuerte y como siempre, Gema no me dejó caer sólo...  De nuevo se subió al carro de algo que una mente racional y práctica como la suya no puede procesar,  y que no le llamaría la atención si no fuera porque es una cosa que quiere hacer conmigo. En su escala de valores ese es el único argumento convincente y aunque he tratado firmemente de disuadirla, a mí también me gusta que sea un proyecto de los dos.

Cuando MIHail conoció a LUKas
MIHail, que así se llama nuestro "nuevo" cuatro latas, estaba peor de lo que decía el anuncio, bastante peor de hecho, pero lo hubieramos comprado igualmente, fue un amor a primera vista.  Si esto hubiera sido algo racional, al menos podría haber negociado el precio a la baja, pero no pude. Fui 100% impulsivo.

Así pues Gema y yo, cuatro años después, volvimos a comprar un cascajo, que sabe Dios como, había pasado la ITV el día anterior.  Dice el informe técnico que el coche no emite humos y que frena de puta madre.    Es difícil mentir tanto en tan pocas palabras. Un amigo del alma o un familiar del vendedor, es nuestra apuesta.

A pesar de todo, si hubiéramos sido advertidos de todos y cada uno de los innumerables problemas que arrastraba el coche, igualmente lo hubiéramos comprado, y es que el trasto nos encantó y pide a gritos volver a la carretera y que lo quieran un poco. Luego esta aquello de  que en la vida cada uno elige su estilo y eso que también cuentan de lo que pasa con el karma.



MIHail recién llegado al barrio. Si se observa bien el tubo de escape está colgando del vacío porqué falta un silentbloc.

Presentación en sociedad en la Casa del Reloj, el lugar donde trabajó el padre de Gema, en una operación Kilo municipal, en la que había que llevar los alimentos a bordo de coches clásicos.
La chapa presenta varios problemas de bollos y decoloración de la pintura, este coche  parece no haber visitado al chapista en décadas.  Lo más sorprendente es la ausencia casi total de pintura en el techo y en la parte exterior del capot, casi parece como si lo hubieran estado lijando para pintarlo.  

Vista del motor desde detrás.  Tiene buen aspecto, está limpio y parece impoluto. Según el anuncio tiene el  "motor hecho".  Todo el anuncio es un cúmulo de mentiras. Lo sentimos más por el chaval que nos lo vendió que por nosotros, si da con otros hubiera tenido un serio problema. Sí se observa que el líquido refrigerante está al mínimo aunque según nos cuentan el circuito está limpio y el líquido recién puesto. Todo es pura apariencia: El coche no ha  hecho más que 140 kilómetros desde la ITV del 2017, fecha que curiosamente coincide con el día en el que se hizo la anterior compraventa. En cuanto lo movemos un poco, el color rosa se vuelve color tierra y detectamos una pequeña fuga en el manguito inferior. Los cables de las bujías van dando chispazos a quien osa tocarlos, los platinos quemados, el carburador, supuestamente nuevo, fuera de punto y lleno de mierda...  Y con todo, una vez arrancado y mantenido el ralentí con el estárter, el motor suena redondo. El corazón de este cuatro latas ruje con firmeza. Este coche pide a gritos una nueva oportunidad con unos nuevos dueños.  

7 comentarios:

  1. pero hijo mio, donde aprendiste tu de mecánica.....no me monto en ese coche ni aunque me paguen por ello _)

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    1. Estimado Mario, de mecánica no tengo ni idea, pero a andar aprendimos con ayuda, echándole narices, dando el primer paso y asumiendo que nos podemos caer. Esta será mi filosofía. El coche está hecho un desastre, pero seguro que para cuando vengas a Madrid ya reúne los requisitos que usía se merece.

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  5. Jolín! Se triplicó mi comentario y luego borré todos!!! Pues eso!!! Que es muy mono!!! Suerte!! La ilusión es el motor :) bonito taller 👨‍🏭

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  6. Querida Beatriz, te informo de que ayer jugamos una muy divertida y surrealista partida de Rummikub con tu madre y que ganó la mía en un giro inesperado del destino. Dicho lo cual, te doy la razón, el coche es una chulada, me encanta, me mola... y ya verás como irá evolucionando. De momento poquito a poco con la parte mecánica esencial y luego ya vendrá la estética.
    Encantado de verte por aquí.

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