jueves, 26 de abril de 2018

Escalando en Tailandia 2017. Regreso a la Península de Phra Nang (Railay/Tonsai). Parte V: Escalada.





21 de octubre de 2017 8:57 horas último día en Tonsai

Cartel en la zona de escalada en Playa de Phra Nang

Enciendo la grabadora el último día de nuestra estancia en Tonsai, para registrar los recuerdos de lo vivido en la última semana. Hemos llegado al final de nuestros quince días  en "nuestra" península tailandesa, y estamos esperando el bote de popa larga que nos llevará de vuelta a Ao Nang, mientras apuramos el tiempo en el Legacy acompañados de nuestro segundo desayuno del día.

No se me dan bien las despedidas, ni pasar página, ni mirar hacia delante ni ostias de esas. Lo único que sé es que aquí he sido feliz, completamente feliz con Gema,  y que preferiría que en lugar de que las obligaciones laborales sean las que marquen los tiempos de nuestra vida,  fuese el próximo monzón el que nos echara de aquí.

No quiero decir adiós a Tonsai, ni a Sao, ni a las puestas de sol, ni a nuestro cabaña del Passook ni a sus destartaladas sillas del porche, ni a nuestra gata parda, ni a los monos cangrejeros, ni a los langures.  Quizás no volvamos nunca, la vida suele decidir estas cosas igual que hizo que acabáramos aquí, tras haber planificado este año volver a Frankenjura en Alemania.


En la última semana no hemos parado ni un minuto y, estando ocupados como estábamos en no dejar de pasarlo bien, no encontré el momento de ir tomando notas de voz.  Lo que estoy dejando registrado el día 21 en la mesa del Legacy, junto a las fechas de las fotos y las anotaciones en la guía de escalada, son el hilo del que tirar para ordenar los recuerdos y dar forma a esta entrada.  

Vamos allá:

Hasta pronto puestas de sol en la playa de Tonsai




Hasta pronto monos cangrejeros, los auténticos reyes de la escalada en Tonsai

Hasta pronto Langur de antifaz, los duendes de la jungla.
 A partir del 15 de octubre tal y como estaba previsto, el monzón empieza a retirarse, el sol recupera terreno en el cielo y nuestro ánimo experimenta un efecto rebote. Tomamos la acertada decisión de dejar de encargarnos de la colada y ceder la tarea a la lavandería que comparten el Paasook y el Green Valley.  Estábamos haciendo el canelo. Hay una gran diferencia entre ahorrar y saber gastar, el dinero se gana para algo.
15 de octubre 2017 un escaldor consulta la guía en
el sector Playa de Phra Nang

Dos vías quedan registradas hoy en mi libreta:

Pattica Samupade 6b+ - sector Muay Thai Wall.  Muy, muy recomendable como las otras dos con las que comparte inicio común.  Esta tiene una espectacular travesía a la derecha y un final desplomado que te hace flipar.  Venir aquí y no hacer estas tres vías, hagas el grado que hagas, es perderse un espectáculo alucinante del que ser protagonista, que cada uno elija.

Sin nombre  V (a la derecha de Ling Noi) - sector One Two Three Wall. Otra de las muchas vías para calentar y soltarse de primero que ofrece el sector.

Después de pasar el día escalando, acudimos como siempre a relajarnos a la playa de Phra Nang.  La naturaleza aquí está tan viva, que cada día gozamos de espectáculos distintos además de las  atracciones fijas como el paisaje y la puesta de sol.   Esta vez, la visitan los monos cangrejeros, y las circunstancias de la luz permiten a mi Lumix captar estos bonitos contraluces. 

Mono cangrejero en la Playa de Phra Nang.  Suelen visitarla a última hora de la tarde, para pedirle comida a los turistas o asaltar las papeleras.
15 de octubre de 2017 mono cangrejero en la Playa de Phra Nang
Mono cangrejero en la playa de Phra Nang
15 de octubre de 2017- mono cangrejero en Playa de Phra Nang.
Una de mis fotos favoritas de todo el viaje.
15 de octubre de 2017. Escaladores en el Sector Playa de Phra Nang con las últimas luces del día
Los cuatro españoles

Probablemente el 16 de octubre, escalando en el sector One, Two, Three, coincidimos a pie de vía con un cuarteto de españoles recién aterrizados en Tonsai. Cuando la lluvia parece marcar el final de la sesión, nos retiramos a escalar al cobijo de los desplomes de la playa de Phra Nang,  y nos los llevamos con nosotros.  Son noblotes y de nuestro rollo, poco a poco empezaríamos a estrechar lazos y a quedar aquí y allá.  En esta semana que aun tenemos por delante, compartimos algunas cenas y un apoteósico día final de escalada al que le dedicaré unas líneas más adelante.


Los zumos de fruta tropical

A estas alturas del viaje por Tailandia nos hemos vuelto completamente adictos a los zumos de fruta tropical. Los probamos todos y en todas sus variantes: coco, mango, papaya, granada, plátano... pero yo me engancho significativamente al de sandía; una fruta que está a mi alcance en España y que no se me había ocurrido tomar bebida.

Los Tailandeses cogen hielo, trozos de fruta, agua, y si no se les dice lo contrario azúcar,  lo meten en la batidora y sacan los "Shake", si la mezcla es con leche en lugar de agua son los "Milk Shake" y si es solo zumo "Juice".  Lo estándar son los shake, que además son los que están más buenos.

Nosotros y otros muchos turistas los tomábamos sin azúcar porque la fruta aquí es de por sí más dulce que en España. Un día pedimos unos "convencionales" zumos de naranja y no nos gustaron, porque nos supieron tan dulces que nos supieron artificiales.

El cuidado del material de escalada

Todos los días, después de escalar, extendemos en el suelo de la cabaña el equipo de escalada para secarlo.  Esta operación rutinaria, es imprescindible para que la lluvia o la humedad del ambiente no lo inutilice .  Como además se suda mucho, muchísimo, aplicamos a los pies de gato (y a los extremos de la cuerda) un tratamiento específico: además de dejarlos al aire, les echámos polvos de talco (Fungosol) y les metemos papel de periódico. El resultado es que el material está siempre en perfecto estado de uso.

Una prueba del ambiente corrosivo para el material, es que a pesar de todos los cuidados, el aluminio de los mosquetones de las 15 cintas exprés que llevamos a Tailandia, algunos de los cuales eran 100% nuevos, perdió totalmente el brillo y se pueden distinguir perfectamente del total de las 26 cintas que solemos mover Gema y yo cuando escalamos en España.  Sorprendente, más si cabe, teniendo en cuenta que estuvimos aquí sólo 15 días.


16 de octubre 8:24 de la mañana cabaña del Pasook
Para el día 16 de octubre  la marea está tan crecida que nos es imposible recorrer los 20 metros que distan desde el camino superior de la costa hasta la playa de Railay Oeste.   Como no tenemos prisa, que es por cierto lo mejor de las vacaciones, decidimos esperar.  Como se ve en la foto, no somos los únicos.


16 de octubre 9:54 de la mañana camino de la costa por la jungla, esperando que baje la marea.
Bajo la lámina de agua se esconden rocas de aristas afiladas y las olas golpean fuerte.
Estuvimos allí más de una hora, viendo retirarse la marea poco a poco, ola a ola, sintiéndonos o dentro de la canción de Otis Redding "(Sitting on) The Dock of the Bay"


De nuestras idas y venidas al sector One Two Three, acabamos estrechando el contacto con John, el tipo de la hamaca.   Un escalador local responsable de una tienda de escalada y monitor de cursillistas. Básicamente se le podía ver haciendo las dos cosas que parecían gustarle más: comer y dormir. El tío, con una personalidad chuleta y molona, es un crack más allá de la escalada en roca. Además de conocerse cada canto y cada vía de los sitios donde impartía los cursillos, no se le escapaba ni media y tenía absolutamente todo bajo control: sus trabajadores, sus clientes y cuando veía que algún "farang" se  metía en alguna vía por encima de sus posibilidades, aunque no fuera uno de sus cursillistas, siempre les ofrecía su ayuda o mandaba a alguien a ponerles el primer seguro. No fue nuestro caso, pero se ganó nuestro respeto al 100%. 


El escalador y monitor local John haciendo su actividad favorita en el sector One Two Three Wall
16 de octubre - el escalador y monitor local, Jhon, haciendo
una de sus dos actividades favoritas en el setor One Two Three de Railay Este
Este día encadeno una vía espectacular que se llama "We Sad" a la que se entra saltando a una estalactita colgante a la que hay que encaramarse con una dominada y todo, antes de chapar el primer seguro. Un flipe.   Me "hice" escalador por vías como esta.

Nos llevamos en la libreta este trío.

  1. We Sad 6a+ (entrando directo por la estalactita) One Two Three Wall
  2. King Cobra V One Two Three Wall
  3. Pitch V One Two Three Wall
La reunión: El trofeo de todo escalador deportivo.

18 de octubre. Little Shit (6c)

Hoy tenía la fijación de intentar encadenar Little Shit, la única vía a mi alcance en la zona más desplomada de la Playa de Phra Nang.   Una vía estilo vellonero (desplome y cazos) con una travesía hacia  la derecha fácil pero expuesta, que me había atenazado en pegues anteriores.  La tenía ya muy matizada pero encadenarla es un subidón y mi máximo hito en este viaje.


Otras vías, que también encadenamos son las siguientes.  Si eres un escalador potente y estas leyendo estas líneas, no las desprecies. Independientemente de su grado, son excelentes y quizás puedan servir para luego enfrentarse a los séptimos o lo que sea, con un calentamiento motivador.
  1. Little Shit 6c Playa de Phra Nang
  2. anónima (a la derecha de Phra Nang Princes y compartiendo reunión, cintas anillos de cuerda en muy mal estado) V+ Playa de Phra Nang
  3. Dr. Jekull & Mrs. Hyde 6a+ One Two Three Wall
  4. Make a Way (6b)  One Two Three Wall
Después de la ducha quedamos para cenar en el famosísimo Mamma's Chicken, con los Alex, Pepe, Borja y Pedro.  Lo pasamos genial y a la manera española, risa va, cerveza viene y así hasta la hora de la prudente retirada.


18 de octubre de 2017 en el Mamma's Chicken con Alex, Pepe, Borja y Pedro

19 de octubre.  El mono cabrón.

El 19 de octubre, último día de estancia en Tonsai de nuestros colegas, decidimos pasarlo juntos y fue toda una aventura.  Tras escalar en la playa en el sector Dum's Kitchen y dejarnos las fuerzas (sin éxito) en un vióte llamado  Lion King (6c+), fuimos a comer antes de visitar otro sector de la misma playa, el Fire Wall.  Como nuestros paisanos estaban alojados en el Resort que han construido sobre la pista que baja a la playa por el lado del Freedom Bar, (creo que se llama Tonsai Bay) atajamos por donde antaño y paramos a comer en el primer chiringuito que vemos abierto.

Escalando Lion King (6c+) asegurado por Alex


Lion King (6c+) - Tonsai "Dum's Kitchen Wall".  Sólo por escalar esta vía,
merece la pena el viajar hasta esta playa
Después de esperar y esperar y esperar, llegó la comida de nuestros amigos, pero no la nuestra y después de más y más espera, nos dicen que no tienen lo que hemos pedido. No damos crédito, nuestro cabreo es máximo, pero no queremos montar mucho el pollo ni perder energías en lo que no tiene solución, así que les dejamos allí comiendo y nos vamos a comprar comida para llevar al Green Valley.
Este menú y el rugido de nuestras tripas nos hizo
pagar cara la infidelidad al Legacy

Esperando la comida aun enfadados, desesperados y hambrientos, vemos como el cuarteto español nos pasa por la pista en dirección al sector. 

Cuando por fin cogemos nuestra bolsa con la comida quedan apenas dos horas antes del ocaso solar. A paso ligero tomamos el camino hacia el Fire Wall, por la pista vemos venir un mono que parece despistado, pero no lo está en absoluto. El mono es en realidad  el jefe de la mafia local macaca.  En un rápido movimiento cambia su aparente dirección para dar un tirón a la bolsa en la que llevamos la comida, arrancándola literalmente de la mano de Gema. Cuando queremos reaccionar aparecen 30 monos más y asumimos la derrota. Hoy no comemos.

Nos plantamos en el Fire Wall con el estómago vacío pero con una buena anécdota que contar ¡Que cabrón el mono!

Cuando llegamos junto a nuestros colegas ya llevan un par de vías escaladas. El sector es flipante, con vías largas y espectaculares, pero con algunos pasos asegurados con anillos de cuerda que no están en buen estado. Es una pena, las tiendas locales deberían implicarse más en la manutención de la gallina de los huevos de oro.

En un momento dado, los monos vuelven a hacer acto de presencia, coincide con el momento en el que Gema y yo estamos escalando a la vez, asegurados por Pepe y Mía.   Se trata de una trifulca macaca en toda regla.  A la tensión de la escalada y de los seguros precarios, hay que añadir las impredecibles consecuencias de una pelea de monos en la línea de nuestras vías. Tengo que poner los cinco sentidos en lo que hago, me siento como el conductor del Clio de  aquel viejo anuncio del Renault que conducía el coche mientras le apuntaba un mono con una ballesta.  Por suerte los monos no quieren mezclar a los humanos en sus asuntos y pasan de nosotros.

Ya  con los pies en el suelo, los monos se presentan a pie de vía y nuestros compañeros liderados por una alemana "Mía" y una chilena "Jóse" se ponen nerviosos y les empiezan a tirar piedras a modo disuasorio (que quede claro que sin intención de herir, ni dar) .  La verdad es que en este momento no entiendo a los monos ni a los humanos. Después de un rato de acoso, consigo (después de haber puesto lo de valor a buen recaudo) negociar que mis compañeros dejen de tirar piedras.  Cesada la resistencia, los monos simplemente cruzan el pie de vía y continúan su camino hacia sus refugios en la pared, es lo único que pretendían.

Las tres vías que hicimos en el Fire Wall son altamente recomendables:

  1. For Hega 6a+ Fire Wall (a vista)
  2. Boob Tube 6b+ Fire Wall (a vista)
  3. The Groove Tube 6a Fire Wall (a vista)

Finalizamos el día tras las obligatorias cervezas en el Freedom Bar, con una comida/merienda/cena en el Legacy.  Es el punto final de su visita a Tonsai antes de irse a conocer Phi-Phi. A nosotros aun nos queda alguna bala que gastar.   Ha sido un honor y un placer compartir parte de  nuestro viaje con este grupo amigos.

20 de octubre. Último día completo.

Además de la marcha de nuestros amigos españoles, de Mía la alemana y Jóse la chilena, se ve un relevo evidente en la fauna humana.  Casi todas la caras con las que nos habíamos ido familiarizando han ido desapareciendo: los escoceses, el americano, la austriaca, la profesora de pilates... todos se han ido yendo y ya sólo quedamos nosotros.  Algunos llevaban aquí un par de meses y otros, como los cuatro españoles,  han llegado y han partido antes de concluir nuestras dos semanas.  Se ve también más gente. La temporada alta comienza oficialmente en noviembre y poco a poco se empieza a ver movimiento en los resorts que estaban cerrados.   El ambiente es un poco diferente, nos gusta menos, quizás solo sea una reacción nuestra al ver que nuestro relevo es también inminente.

Hoy también escalamos y tenemos la intención de terminar de gastar todo el glucógeno que nos quede en los brazos. Nos aplicamos a ello en la playa de Tonsai, pero se me encienden las luces rojas en los dos primeros pasos del primer pegue del día a Lion King.  Hoy no soy ni siquiera un "indigno rival" para este trozo de muro rocoso. 

De haber tenido más días por delante, hoy hubiera sido el momento de descansar pero no es así y aunque no me quedan fuerzas para retos personales si las tengo para disfrutar y compartir vías de igual a igual con Gema.  Echamos el resto en la playa de Railay Oeste, en los sectores One Two Three y Mua Thai, a los que más tiempo hemos dedicado en este segundo viaje a la península de Railay/Phra Nang. Lo hacemos con todo el cariño sabiendo que pasará mucho tiempo si es que volvemos.  Gema redondea su propia libreta y yo finalizo la mía con Shadow Shadow (V) una vía nueva del Muay Thai. 

Acabamos la sesión pronto y llegamos con luz de día a nuestro encuentro con la cerveza Chang del  Freedom Bar. Observamos a la gente y el paisaje sentados en nuestro sitio de los escalones de cemento que dan a la playa, esperando la puesta de sol. Un grupo de turistas juega a algo que parece divertido en la arena, al mismo tiempo que otros se afanan en las vías que están sobre la escalera de bambú.  La gata que vive en la zona del Freedom se nos acurruca en el regazo buscando caricias que obtiene sin tener que hacerse mucho de rogar. Parece la encargada de darnos la despedida en nombre de Tonsai.

Puesta de sol en la playa de Railay Oeste

2 comentarios:

  1. Me ha encantado la exposición que has hecho de todas las actividades. Del tipo de escaladas y tiempo de ocio en la península de Phra Nang (Railay y Tonsai) te entran ganas de vivir una experiencia como esa. Ya estoy impaciente por conocer la siguiente etapa

    ResponderEliminar
  2. ¡Vaya! Tengo una visita ilustre. Muchas gracias por dejar tu comentario y por leerme. Un beso enorme.

    ResponderEliminar

Gracias por participar en Bitácora Vertical.