la cosecha del sábado.

Ser Vellonero, es decir, asiduo a la escalda en El Vellón, no es precisamente un halago en terminos de escalada. El Vellón es una escuela caracterizada por vías cortas, de alrededor de 15 ó 20 metros, bien equipadas, sin exposición (salvo excepciones) y normalmente desplomadas y con buen canto... es lo más parecido a un rocódromo natural... sin embargo es verdad que no se tiene sensación de altura y que no es necesario gozar ni de continuidad ni de una técnica depurada, lo normal es que para lograr buenos encadenamientos baste simplemente con estar fuerte. En general, se puede decir que hacer determinado grado a vista en esta escuela no presupone que lo puedas repetir en otra. Esas mismas razones la convierten en un parque de atracciónes, en un gimnasio al aire libre, en probablemente, la zona en donde la escalada conlleve menos factor riesgo y donde mejor temperatura podamos encontrar en un frío día de invierno... Yo reconozco que en estos meses invernales y cada vez que quiero retomar la escalada después de un parón me vuelvo asiduo a sus paredes... sí, soy vellonero ¿y qué?.

La cosecha:

"Sor oxidación de los clavos" 6a+, la he escalado y encadenado no se cuentas veces y siempre me sorprende, para mí, el mejor 6a+ de esta escuela. El tramo difícil está arriba, hay que aguantarse de ñapitas y superar el paso final hasta la reunión. "Urtica Urens" 6b+/6c, al primer pegue, hacía dos años que no la probaba, se nota que llevaba el gato nuevo y adecuado, placa con numerosos pasos técnicos, el meollo está entre la última exprés y la reunión. Super recomendable. "Tío Cerdo" 6b+, El Vellón en estado puro, 2 expreses y la reunión, a bloque. Otra vía 5 estrellas y la "Bruja" 6a, algunos velloneros padecen Kulunguele en esta vía que entra y sale de una chimenea y plantea su reto más duro en el paso de chapar la reunión, a mi me encanta.

No mucho más que decir, Avista vino, pero tuvo un día malo y al final volvió a reincidir en su lesión del dedo. Creo que anda bajo de motivación y eso me preocupa, es difícil encontrar un buen compañero de escalada y el es uno de puta madre.

El bar de Pedrezuela de cuyo nombre nunca consigo acordarme nos hidrató convenientemente y fue generoso en las tapas. Gracias Nadina.