lunes, 28 de abril de 2008

María Baltanás García - Meri -.


Querida María:

Cuando leas esto, estarás ya en el cielo y supongo que sabrás todo lo que pasa por mi cabeza en este momento y los sentimientos que siempre ha recogido mi corazón hacia ti. Por si te quedaban dudas, ya sabrás que te he amado, que te amo y que te amaré siempre, y que las meteduras de pata que tanto daño te hicieron me lo hicieron a mí tanto o más y me lo siguen haciendo. Ahora que estás ahí arriba, ya sabrás la clase de persona que soy, que he sido capaz de lo más bajo, pero que solo por ti también he sido capaz de lo más alto. Soy imperfecto, como todos, o quizás mucho peor que todos... Quiero que sepas, que no he conocido a nadie como tú, con tanto corazón, con tanta dignidad, con tanta fortaleza. Te agradezco muchísimo que me hayas dejado formar parte de tu vida unos años que ahora me parecen minutos, te agradezco cada segundo y cada sonrisa y cada vez que me he vuelto a casa a 20 centímetros del suelo por haberte oído decir que me querías.

Ayer me dijo tu madre que quieres que tus cenizas sean dispersadas por La Pedriza y que otra parte sean depositadas en un tiesto donde se plante con ellas una planta. Parece que te lo estoy viendo escribir... Recuerdo el primer día que te llevé a La Pedriza, a la Charca Kindelán, recuerdo tu mirada, la certeza de que habías descubierto tu lugar en el mundo. Sabes también como yo que la Pedriza nos unió, que en ningún otro lugar conectábamos como allí. Pero solo con eso nos bastaba para ser más felices y mucho más especiales que el resto de las personas del mundo.

El último año ha sido especialmente duro para mí, lo nuestro se iba apagando, la oposición consumía todo el tiempo que hoy te hubiera dedicado a . No fuí capaz de tirar con todo mi niña, ni di la talla... No supe entenderte y tu no conseguiste hacerte entender por mi... Era frustrante, querer a alguien y hacerla sufrir y sufrir yo mismo hasta lo infinito... No pudiste más conmigo y yo no pude más. La última vez que se te escapó un Te Quiero nos pilló a los dos en nuestros sacos de dormir en la zona de Quebrantaherraduras... tu manita salía del saco hasta coger la mía.

Te echo de menos, no desde ayer que te has ido, sino desde que nos perdimos el uno al otro. Nunca una pérdida me ha dolido tanto. Y ahora que te has ido para siempre solo espero haber aprendido la lección, no cometer los mismos errores y recordarte siempre; especialmente tu bondad, tu falta de vanidad, tu sonrisa y tu fuerza interior esculpida en granito pedricero pero también tu físico, tú cara perfecta y tus ojos achinados encendidos de ilusión. Del resto de tu cuerpo no hablaré aquí por que siempre fuiste vergonzosa y yo envididado. Por favor, desde donde estes no me dejes de querer.

Te hablé de Gema, ella es médico como te hubiera gustado ser a , tiene un grandísimo corazón y estoy seguro de que te hubiera gustado como yo se que a Gema le hubiras gustado tú. Dame fuerzas para hacerla feliz y guíame para no perder el camino. No me dejes nunca solo y ayúdame a no flaquear.

Ya no eres inmortal, eres eterna. Lola tú yo formamos una familia y algún día nos volveremos a reunir. TE QUIERO.

4 comentarios:

  1. Lo siento,Alberto. Se nota que fue alguien muy especial.

    Un abrazo.

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  2. María era la persona más especial que he conocido, sin embargo no siempre fui consciente de ello. Gracias por dejar tu comentario Fer.

    un abrazo

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  3. Hola Alberto,

    Soy Clara, una amiga de la infancia de María (de Soto!) -tocábamos el piano juntas, jugábamos al tennis... Soy la q estudia en Inglaterra ingeniería espacial, por si te dijo algo...

    Desde peques ella quería ser médico y yo astrónoma y al final sólo tuve yo la oportunidad de hacer lo q quería. Ahora parece que cumpliendo mi sueño se cumple el q ella nunca pudo, y ya nunca podrá, cumplir. Pero tienes razón, sus ojos siempre estaban llenos de ilusión.

    María me habló mucho de tí asi q estos dias he pensado en tí y quería saber cómo estabas. Me he alegrado cuando una amiga, buscando cosas de escalar, ha encontrado tu post. Me ha advertido de q me haría llorar, y así es, pero es bonito y me he quedado tranquila. Gracias por tu homenaje a María y las cosas tan bonitas q le dices. Te aseguro que ella te tenía un cariño infinito.

    Besitos,

    Clara

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  4. Hola Clara, claro que me habló de tí... incluso vagamente creo recordar que una vez nos cruzamos en Tres Cantos.

    Gracias por escribir y por lo que dices.

    Te escribo a tu mail.

    Un beso.

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