Viene de aquí:
10 y 11 de octubre de 2017-( martes - miércoles)
Hemos desayunado en el Legacy bien temprano y nos hemos ido a escalar a la playa. Después de que Gema se pelease con Schlingel Max y yo por última vez con Don Quijote de la Mancha, nos terminamos de convencer que esa no es nuestra guerra y emigramos, aprovechando la marea baja, ha conocer la playa de Phra Nang al sur de la península.
Nos encanta el sitio, la playa es espectacular, el mar está límpio e invita al baño. En un extremo hay un par de pequeñas cuevas dedicadas a la Princesa de Phra Nang. Estas dos cuevas son muy curiosas a los ojos de un occidental por estar repletas de ofrendas fálicas, pero también hay palitos de incienso, flores y hasta comida que los locales y los hombres de mar ofrecen a la princesa cuando se les concedidos sus ruegos.
Cueva de la princesa de Phra Nang (cavidad secundaria) |
Playa de Phra Nang desde la Cueva de la Princesa |
Según la tradición local la creencia en el lingam y el útero santo creará fertilidad y prosperidad para toda la tierra y la humanidad |
Por suerte no todo es duro, en el sector "Phra Nang Beach", también existen 3 ó 4 vías asequibles que las tiendas locales usan para impartir cursillos y bautismos de escalada; por esta misma razón suelen tener mucho trasiego y parece que por ellas nunca se detiene el hormigueo constante de escaladores nóveles. Estas vías son mucho menos desplomadas pero están igualmente a refugio de la lluvia.
Para darles un tiento se trata de tener paciencia, entre cursillo y cursillo quedan libres, y todo el mundo tiene su oportunidad. Nosotros aprovechamos la nuestra para encadenar nuestra primera vía tailandesa de 2017, Phra Nang Princess (V+)
Para darles un tiento se trata de tener paciencia, entre cursillo y cursillo quedan libres, y todo el mundo tiene su oportunidad. Nosotros aprovechamos la nuestra para encadenar nuestra primera vía tailandesa de 2017, Phra Nang Princess (V+)
No has estado aquí si no te has hecho una foto "sujetando" esta estalactita. Detrás de mí, un escalador local da un cursillo en una de las pocas vías fáciles del sector. |
Railey Este - Sectores One Two Three y Mua Thai Wall |
En el sector Mua Thai, contiguo al One Two Three, nos llevamos también Nuat Him otro 6a+ súper bonito que escogemos tanto por grado como por lo espectacular de su línea. Estamos pasando el kulunguele justo para empezar a rodar y escalando metros de excelente roca tailandesa, lo estamos gozando.
Acabamos la jornada vertical en la muy cercana playa de Phra Nang donde nos apuntamos otra de las escasas vías fáciles entre comillas, porque "Money Maker" (6a) se las trae y tampoco me sale a vista.
Satisfechas las ganas de escalar, pasamos el tiempo viendo escalar a otros y bañándonos en las templadas aguas del mar de Andamán. Estamos remontando el ánimo a velocidad de vértigo.
Playa de Phra Nang, con estos desplomes es posible escalar aunque esté cayendo la del pulpo. Sólo hace falta estar "un poquito" fuerte. |
Puesta de sol en Phra Nang Beach |
Después de la puesta de sol iniciamos el camino de regreso, cuando llegamos al extremo de Railay Oeste nos encontramos la marea baja y por tanto expedito el camino para pasar a Tonsai, pero ya es de noche y no hemos traído los frontales: Imposible por tanto cruzar por el camino que unos metros por encima del nivel del mar atraviesa una zona de jungla.
Iluminados por la luz de la luna nos metemos en el mar y bordeamos la costa andando junto a los arrecifes. Me ha costado un poco convencer a Gema pero de las opciones posibles ésta es la más fácil, la más rápida y la que creo menos peligrosa sin frontal.
Estamos solos, inmersos en un mar tranquilo que nos cubre a medio muslo y si no fuera por el vaivén de las pequeñas olas, el silencio sería absoluto. No es algo peligroso ni mucho menos pero sí bastante emocionante.
Al doblar un cabo rocoso tenemos a la vista la playa de Tonsai y nos podemos alejar un poco de la línea de mar para caminar entre rocas y arrecifes. Por fin llegamos a la playa. Han sido 500 metros muy intensos. Más adelante, con la luz del día, nos daremos cuenta de que con una marea baja como ésta, sorteando algunos bloques, se pasa de una playa a otra sin necesidad de meterse en el mar.
Freedom Bar de Tonsai Beach a plena luz del día. Los clientes miran hacia las líneas de escalada que desafiarán más tarde. |
![Cerveza Chang - Bitácora Vertical La Chang, es una de las más baratas y populares cervezas de Tailandia](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhPUvAKvNGYHRy9UY3gBJgeZ3P5nT7BIdHQ293h5Y8Mj2Q_airpv-Xj_uolcP-0ddRqmTUcXNchwP6lkxGLGRjCtF8lMo4dKd4Ao06zN0Ud4FsmWd_FuCGS4iuOLwZ35k8T1rSppHP7849M/s200/1+de+octubre+de+2017++23+07+Cerveza+Chang.jpg)
Apurada la cerveza, cruzamos la playa de punta a punta y disfrutando cada paso, sin que el tiempo sea algo de lo que preocuparse, volvemos a nuestra casa/cabaña del Pasook donde una ducha fresquita nos barre el sudor y el salitre de la piel.
Después de la ducha y vestidos con ropa de algodón seca y limpia, un lujo reservado exclusivamente para la noche en un clima tan húmedo como el tailandés, nos ponemos en marcha desandando la pista por la que vinimos de la playa hasta el chiringuito Sao Legacy, el bar restaurante donde con poquísimas excepciones hicimos todos nuestros desayunos y cenas en Tonsai.
El Legacy es un sitio sencillo en el que se sirven abundantes raciones de buena comida thai y por un precio sumamente razonable. Lo lleva una familia encantadora, pero la que siempre está al pie del cañón, la persona cuyas manos manos manejan los fogones y cuya esencia impregna cada esquina del local es Sao. Su marido, su hermana y su cuñado el "Boatman", terminan de dotar a este pequeño rincón de la calidez humana que necesitamos ahora que estamos lejos de familia y amigos. Aquí nos sentimos especialmente bien desde el primer minuto en el que nuestras posaderas aterrizaron en el bambú de sus sillas y encontramos muy pocas razones para faltar a nuestras dos citas diarias.
12 de octubre
Restaurante Sao Legacy con nosotros desyunando, Sao a los fogones y otro comensal |
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08:46 Playa de Tonsai |
Si la marea no está muy alta, también se puede llegar a la playa de Railay Oeste por el camino que pegado a los acantilados atraviesa una pequeña jungla. Ambas opciones son muy parecidas y llevan al mismo sitio.
El camino de la costa finaliza en Railay Oeste justo en este punto |
Railay Oeste a las 9:05 de la mañana con el monzón apunto de descargar |
La respuesta a la primera pregunta no se hace esperar, no hemos puesto aun un pie en Railay Este cuando se desata el diluvio. Al principio nos guarecemos en la marquesina de un chiringuito playero, pero como la cosa va en serio y en Asia cuando llueve, llueve de verdad, acabamos dentro desayunando por segunda vez sin mucha fe en que la cosa vaya para poco tiempo.
Llegando al sector Mua Thai vuelve el diluvio y tenemos que volver a refugiarnos, esta vez en el chiringuito que está en el cruce de caminos entre Railay Este y la playa de Phra Nang.
Después de un par de horas jarreando y confusos sobre que deberíamos hacer, acabamos haciendo un almuerzo temprano; Aun no hemos movido un músculo y ya hemos desayunado dos veces y acabado de comer, y mientras tanto no ha dejado de jarrear agua.
Llega un momento en el que se nos acaba la paciencia. Evidentemente en este punto del viaje aun no hemos tomado conciencia de las posibilidades que tiene en días lluviosos, la escalada en la playa de Phra Nang. Necesitamos ponernos en marcha o vamos a explotar de de desesperación.
Con la imagen mental de nuestros "piji-caros" Gore-Tex colgados en un clavo de la cabaña del Pasook, decidimos no ser tan ratas y gastarnos un par de euros en unos chubasqueros de plástico con forma de poncho que usan aquí todos los locales dispuestos a, cuando menos, darnos un paseo por la playa.
No nos hemos terminado de poner los chubasqueros, cuando la lluvia cesa de golpe y sale el sol. Esto es Asia señores.
Sector Mua Thai con la marea en fase de crecida. |
No perdemos ni un segundo, la roca tailandesa es sorprendentemente porosa y, salvo las rutas que discurren bajo las estalactitas más activas, todo lo demás es escalable en cuanto deja de llover.
Sin embargo aquí la naturaleza está muy viva y continuamente determina horarios y actividades que se pueden o no llevar a cabo. Ahora es la marea la que juega en nuestra contra, tanto el sector Mua Thai como el One Two Three pierden su pie de vía en la fase de pleamar. Por suerte para nosotros la lluvia se ha retirado un par de horas antes de que el mar pueda salvar el último obstáculo rocoso y cubrir por completo el pie de vía.
En esta ventana de tiempo escalamos las siguientes vías:
Anónima (6b) - Variante izquierda de Nuat Him - Muai Thai Wall *** Recomendable al 100% el desplome con la chorrera del final es una pasada.
Short and Savage (6b) - One, Two, Three Wall. Como su nombre indica, pequeña y explosiva placa. Divertida y difícil a vista.
Giggering for climbing (5) - One, Two, Three Wall
Ling Noi (Little Monkey) (5) - One, Two, Three Wall
Playa de Phra Nang, a pocos minutos de la puesta de sol. |
Acabamos el día en la Playa de Phra Nang sin perdonar el baño. A pesar de que hemos sido pasados por agua y de que el mar está menos templado que en días anteriores, cumplimos con el ritual y no nos arrepentimos. Como premio, asistimos a una nueva puesta de sol. Los atardeceres de esta playa son algo a lo que facilmente nos podríamos habituar y de los que no nos cansaríamos nunca.
Playa de Phra Nang - Puesta de sol |
El regreso a Tonsai volvió a tener chicha: Nos volvimos a dejar los frontales en la cabaña del Pasook, la marea estaba un poco más alta y el mar un poco más activo. No hubo manera de convencer a Gema de volver a repetir el "paseo marítimo" del día anterior y, aunque el convencido en este caso no era yo precisamente, no hubo otra que tomar el camino superior, el que atraviesa la jungla pegada al acantilado.
La luz de luna que permite ver lo suficiente por la costa, no penetra la densa vegetación, y aunque hay una cuerda que marca la mayor parte del recorrido, llegado un punto nos invade la oscuridad total. Avanzamos a tientas agarrados a la cuerda hasta que unos metros más adelante, esta también se acaba y nuestro avance se frena en seco. Somos conscientes de que no podemos seguir y que volver nos va a costar sudor y lágrimas. Con un terreno como el que pisamos, un resbalón y lo más fácil es acabar con un tobillo roto.
Nuestra estúpida situación de desamparo no dura mucho, por suerte para nosotros no pasan más de cinco largos minutos hasta que un grupo de franceses nos da alcance. Todos van con frontales y se ofrecen a guiarnos. Salimos del atolladero porque el destino nos ha sido favorable. No volveremos a tentar la suerte de esta manera tan estúpida.
A veces los tenemos a todos en el porche o entrando y saliendo de la cabaña curiosos. Son pacíficos, relativamente cariñosos y nos gusta su compañía. Su presencia además, mantiene alejadas otras visitas menos deseables.
Nuestra gatita tailandesa |
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